Nuria lo tiene todo para ser feliz: un buen trabajo, una casa maravillosa y un novio aún más bueno y aún más maravilloso que le acaba de pedir matrimonio. Lo tiene todo, excepto un pequeño detalle: los papeles del divorcio de su anterior pareja, Jorge. Jorge, en cambio, no tiene nada para ser feliz: está en paro, su casa se cae a pedazos y no tiene novia.