Han sido preseleccionadas para el Oscar a mejor película de habla no inglesa, La piel que habito, Pa Negre y La voz dormida. Quiero dar aquí mis cinco razones para que enviemos la película de Almodóvar.
1- El nombre
Pedro Almodóvar es el director
español más famoso y bien conocido por los americanos, que ya le
han premiado con dos Oscars. Cuando le nominaron a mejor director y
ganó a mejor guión con esa obra maestra que es Hable con ella,
la academia española ni siquiera le había seleccionado para
representar a España. No cometamos el mismo error.
2- Antonio Banderas
Que el protagonista sea un actor
asentado en Hollywood como es Banderas sólo nos puede beneficiar.
3- Reconocimiento Internacional
Una película española compitiendo en
Cannes, con ovación por parte de crítica internacional. Las
discrepancias se reducen más a ciertos críticos españoles, lo cual
no tiene importancia ninguna de cara a los Oscar. Un 91% en
RottenTomatoes.
4- Temática
Tanto Pa Negre como La voz
dormida están ambientadas en la posguerra española. Sí, es
cierto que eso no quiere decir que no contengan elementos dramáticos
universales, pero de entrada puede ser un tema poco atractivo para
los americanos (creo que ya es poco atractivo para los españoles).
La piel que habito podría estar ambientada en cualquier
parte, de hecho la novela es francesa.
5- Calidad
Dejo para el final el aspecto más
subjetivo. Considero que La piel que habito es una película
original, con una potencia visual enorme, una banda sonora exquisita,
unas muy buenas interpretaciones y en general, una obra que admite
muchas lecturas. Aún no he podido ver La voz dormida, que se
presentará en el festival de San Sebastián, pero de forma
precrítica considero que no va a aportar nada nuevo en ningún
sentido. Algo mejor sería Pa Negre, pero como decía mi
compañero Olmo, cargada de tópicos. Es una película que ya se ha
hecho muchas veces, por mucho que tenga un correcto trabajo de
actores. Un película pequeña con buenas intenciones no es
suficiente.
Confiemos en que no intervengan
absurdas disputas personales que no favorecen a nuestro cine.