Da igual que su última película no haya gustado demasiado en España. Cuando Almodóvar llega a Cannes sabe que, en suelo francés, siempre será aplaudido. Así ha vuelto a ser con Los abrazos rotos, que ha cosechado un cálido aplauso de la crítica desplazada al certamen francés.
Antes esto, el director manchego tiene que reconocer que se siente "más querido en Francia que en España". Su relación con este festival es de profundo amor: A estas alturas ya sabe qué es ser ganador del premio al Mejor Director e incluso ha sido miembro del Jurado. Eso sí, le queda la espinita, aún, de ganar la Palma de Oro a la Mejor Película.
El respeto que Cannes siente hacia Almodóvar se respira incluso en la rueda de prensa, donde le ríen absolutamente todas las gracias con devoción.
El director español aprovechó para anunciar que maneja cuatro proyectos, entre ellos uno sobre la Guerra Civil, además de una idea a la que aún da vueltas y que podría convertirse en una serie para una cadena de televisión estadounidense.