El Festival de Roma decidió homenajear a Al Pacino y nada mejor que su presencia para dar el pistoletazo de salida a una edición que ha nacido marcada por polémicas políticas debidas al cambio de color en el Consistorio romano.
Pacino no ha venido sólo a hacerse fotos y recoger un premio, venía también a presentar su tercer film como director, titulado Salomaybe?. Finalmente no ha podido presentarlo, pero ha hablado sobre él: "es un film nacido del deseo por mi parte de rendir homenaje al Salomé de Oscar Wilde. De intentar revivir el shock que me produjo, la inspiración que me provocó la primera vez que lo vi, en Londres. (...) Sabía que no podía hacer un film , y al final he encontrado la vía para realizarlo. Con un estilo que recuerda un poco a Looking for Richard". Se ha disculpado por no haber traído el film, y ha apuntado "quizá el próximo año".
Pacino ha recordado el rodaje de El Padrino I, y su relación con Brando, así como el momento en el que trabajó junto a Lee Strasberg, el creador del Actor's Studio, en El Padrino 2, que "le provocó que se pusiese hecho un manojo de nervios".
El homenajeado recuerda que cuando era más joven, "sus personajes se apoderaban de él". Afirma que "hoy no tengo estos problemas, tengo otra vida que va más allá de lo que vivo en el escenario o en el cine".
Preguntado sobre el futuro del séptimo arte recuerda una frase de F.F. Coppola: "En cualquier parte, en América, hay una niña de siete años con una cámara en mano, que será la próxima Mozart del Cine".
Para terminar, un poco de ironía: "como decía Lawrence Olivier, lo mejor de la interpretación son las copas que te tomarás cuando termines".