Cannes 2016: Dolan divide y Sean Penn une


21 de Mayo de 2016
por Precríticas

En un festival, y más en uno tan grande como este, las películas arriesgadas suelen generar reacciones viscerales. Al salir de una película puedes encontrarte espectadores despellejando a la película que acaban de proyectar junto a otros que la ponen por la nubes. Las películas de Xavier Dolan son un claro ejemplo de esto. Sin embargo Sean Penn ha conseguido unificar las opiniones, crear ese consenso tan difícil de conseguir en nuestros días en cualquier tema. Será difícil encontrar a alguien que defienda la película y no haya trabajado en ella. Preferimos las películas que generan debate, sin duda.

The Last Face

The Last Face

Sean Penn tras las cámaras con Charlize Theron, Javier Bardem, Jean Reno y Adèle Exarchopoulos delante de ellas. Ese, la retahíla de nombres famosos, parece ser el único atractivo que han podido encontrar en el Festival de Cannes para traer esta película a la Croisette. Sin embargo, no se entiende su inclusión en la sección a concurso. No es ningún secreto que al Festival le rodea un negocio que muchas veces tiene poco que ver con el cine, se entiende y se acepta que el glamour es necesario para mover el engranaje de un grandísimo festival como este. A nadie le hubiera extrañado que esta película estuviera fuera de concurso, el negocio es el negocio; pero ¿a concurso? Los misterios de las entrañas de un festival, habría que estar dentro para conocerlos y entenderlos.

Volviendo a la película, The Last Face cuenta una historia de amor entre dos doctores, miembros de una ONG, en medio de los conflictos armados de África. Los dos son doctores. Ella -Charlize Theron-, de buena familia, es la hija de uno de los fundadores, directiva de la ONG. Él -Javier Bardem- lleva años en los terrenos en conflicto, está curtido en mil batallas. La visión de como hay que enfocar el problema es distinta entre los dos.

Así, Sean Penn, nos cuenta la historia de estas dos personas con ideas vitales distintas, aunque profundamente enamoradas. Lo hace de una manera empalagosa, cursi y hortera, en algo que quizá sea un intento de emular a Mallick o Iñarritu, pero que se queda en un mal anuncio de colonia rodado con filtros de instagram. Cuando Sean Penn quiere rodar las escenas de violencia, bombardeos, tiroteos, los cadáveres amontonados o cualquiera de los otros horrores de la guerra, no le queda mucho mejor. Mostrar eso como si fuese una postal, buscar la belleza y la estética y olvidarse de transmitir el horror y la bestialidad del momento, no parece una buena opción.

Argumentalmente la cosa no es mucho mejor. Frases sobre el amor que han provocado desde los rótulos iniciales ataques de risa durante la proyección, y no intencionadamente, para mover una historia que lo que quiere realmente es llegar al discurso que da Charlize Theron al final de la película. Un discurso bienintencionado y obvio que no justifica el metraje que le precede.

Juste la fin du monde

Juste la fin du monde

Es difícil no empezar una reseña sobre una película de Xavier Dolan sin hacer referencia a su juventud. 27 años y esta es su segunda presencia a concurso en Cannes, más otra en Un certain regard y otra en Venecia. Un cineasta valiente, impulsivo y visceral que da la sensación de ir aprendiendo sobre la marcha. Su filmografía es ya admirable y envidiable, sin embargo desprende la sensación de que su gran película está aún por llegar. Este estilo visceral de Xavier Dolan suele provocar aplausos y abucheos, y en esta ocasión no ha sido diferente. Quien esto escribe se suma a los aplausos y lo hace con intensidad.

Juste a la fin du monde es su película menos histriónica y extravagante hasta la fecha, pero desprendiendo la intensidad habitual de sus anteriores trabajos. Basada en la obra de teatro de Jean-Luc Lagarce, la película narra el reencuentro de un joven -Gaspard Ulliel- con su familia tras regresar a casa después de varios años. Allí le esperan su irritable hermano mayor -Vincent Cassel-, una cuñada a la que no conoce aún -Marion Cotillard-, su hermana pequeña -Lea Seydoux- ahora veinteañera pero apenas una niña cuando él se fue, y su madre -Nathalie Baye- ruidosa y amante del protagonismo. Las tensiones pronto comienzan a aflorar.

Xavier Dolan rueda la película con unos cerradísimos primeros planos y prescindiendo casi todo el metraje de planos de situación, apoyándose en un acertadísimo montaje que mantiene la fluidez y aleja cualquier apariencia de obra teatral. Estos primeros planos aíslan a los personajes, representando la dificultad de las relaciones entre ellos, y creando una sensación de claustrofobia, de incomodidad, que refleja con exactitud lo que están sintiendo los protagonistas. Los únicos momentos de fuga son los momentos musicales, una marca de la casa, que nos llevan al pasado y los recuerdos del protagonista.

Apoyándose en un magnifico trabajo del reparto, en el que destaca una soberbia Marion Cotillard, Dolan escenifica perfectamente las relaciones familiares, las distintas jerarquías, las cuentas pendientes, el papel de la cuñada como una invitada que no es un auténtico miembro de la familia. Una reunión a la que nadie querría estar invitado, pero en la que Xavier Dolan nos cuela y nos hace sentir cada puñalada, cada reproche, cada deuda, cada desprecio. Con intensidad, pero controlando la película más que en otras ocasiones. Quizá no tenga ningún momento glorioso, como las prendas volando en Lawrence Anyways o el cambio de formato en Mommy; pero logra que en esta ocasión no se le vaya de las manos sin haber perdido su capacidad de arriesgar y rodar desde las tripas. ¡Bravo Dolan!

 

The Happiest day in the life of olli Mäki

The Happiest day in the life of olli Mäki

El director finlandes Juho Kuosmanen ha presentado su segundo largometraje en Un Certain Regard. La película cuenta la historia de Olli, un boxeador sin apenas experiencia profesional, que es seleccionado para pelear en Helsinki por el campeonato mundial del peso pluma de boxeo contra el actual campeón, un experimentado americano. Olli es un hombre sencillo y modesto al que todo el circo que se monta a su alrededor le desborda.

Con esa sinopsis se podría pensar que estamos ante otra película de boxeadores, de entrenamientos salvajes, de sacrificio, de metáforas vitales relacionadas con el boxeo, o cualquier otro de los tópicos que el cine de boxeo y boxeadores ha dado al cine, a veces con grandísimas películas, a veces con otras olvidables. En cualquier caso esta no es una película de esas. The happiest day in the life of Olli Mäki tiene un tono amable que mezcla el humor con lo patético y torpe, pero con ternura, sin reírse nunca de los personajes. Con unos tan preciosos como precisos encuadres, una preciosa fotografía en blanco y negro, una narración que desborda naturalidad y fluidez y un uso exquisito de la música, Juho Kuosmanen nos cuenta la historia de Olli, más preocupado porque se ha dado cuenta de que está enamorado de Raija que del combate, una historia pequeña y sencilla rodeada del impersonal negocio que crea ídolos y convierte el deporte profesional en un circo y un espectáculo.





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Director: Xavier Dolan
Actores:
Nathalie Baye
Vincent Cassel
Marion Cotillard
Léa Seydoux
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Director: Juho Kuosmanen
Actores:
Eero Milonoff
Oona Airola
Jarkko Lahti
John Bosco Jr.
Carátula de la película The Last Face

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Director: Sean Penn
Actores:
Charlize Theron
Javier Bardem
Adèle Exarchopoulos
Jean Reno
 



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