Parece que el último trabajo de Quentin Tarantino no acaba de cuajar. Grindhouse no ha tenido demasiado éxito en la taquilla estadounidense y ahora, su segmento titulado Death proof no ha sido demasiado bien recibido en el Festival de Cannes.
Tan sólo el sector más fiel al estilo del realizador de películas como Reservoir dogs o Pulp fiction ha disfrutado con una película de la que algunos incluso ponen en duda que responda al perfil necesario para una Sección Oficial como la del certamen galo.