Cannes premia a Malick, pero no a Almodóvar

Pedro Almodóvar gusta en Francia. Le cuidan, le miman. Siempre se queja de no ser tan aplaudido y valorado en su propio país como en tierra vecina. Pero, una tras otra, cada vez que pisa Cannes en Sección a concurso, se tiene que volver de mala leche.

Bien es cierto que, en su momento, se llevó al menos el premio a Mejor Director, pero el premio gordo del certamen galo se le resiste. Este año, para colmo, él no quería entrar a Sección Oficial, inicialmente, y fueron voces desde el propio Festival quienes le convencieron para concursar. Todo, para volverse con las manos vacías: Ni Palma de Oro ni ningún otro premio (en el Palmarés Oficial; ayer sábado sí se le otorgó el Premio de la Juventud).

Lo nuevo de Terrence Malick, El árbol de la vida, se lleva el gato al agua. La cinta ya fue aplaudida por unos y abucheada por otros, en sus proyecciones. Lo mismo ha pasado en la lectura del palmarés. Nicolas Winding Refn, mejor director por Drive. Por cierto que el realizador danés tuvo palabras críticas para Lars Von Trier, tras su desacertada coña filonazi, críticas que Von Trier se ha tomado muy mal; según parece, el director de Anticristo conoce a Winding Refn desde que este era un crío, y su juicio de valor le ha sentado como una patada en el culo (literalmente: "que le jodan").

Pero Von Trier, por mucha persona non grata que ahora sea para Cannes, no se va de vacío: Premio a la mejor actriz para Kirsten Dunst, por su rol protagónico en Melancholia. El mejor actor, Jean Dujardin, por The artist.

El Gran Premio del Jurado, otro de los premios importantes, ex aequo para Bir zamanlar anadolu'da (de Nuri Bilge Ceylan) y La gamin du vélo (de los hermanos Dardenne).