Algunas razones por las cuales Cisne negro no es tan buen film:
1 Fotografía: Un trabajo poco delicado, y casi inexistente, que trata de transmitir normalidad, incluso casualidad, pero sólo transmite dejadez y liviana actitud para con el noble arte de iluminar. Uno puede entender la lucha de focos en el mundo del escenario, pero fuera de él, en el piso, no tiene perdón.
2 Natalie Portman: Uno puede entender que sea esencial para el cisne blanco. Su rostro, sus caritas de niña buena son suficientes para que triunfe en este film, y no como en otros donde Hollywood nos la impone como actriz en registros que no le van en absoluto, véase papeles de adulta en general. Sin embargo, el papel de cisne negro no es interpretado por ella en ningún momento, eso lo hace un efecto especial bien recreado pero poco sugerido. Sigue resultándome una actriz mediocre y sin gancho.
3 Dirección de Aronofsky: Una pena que el autor de buenas películas como La fuente de la vida o El luchador, haya caído en las garras de un éxito patrocinado gracias a una campaña de marketing como sólo puede ser propia de tiempos en los que no hay competidores serios para los premios Óscar. Ha creado una película distinta a todas sí, pero con elementos la mar de repetitivos y engañosos, previsibles y carentes de ansia por conocerlos. El absurdo de los primeros planos por imposición de su dirección no es propio de alguien con talento que espero no entre en la dinámica de crear extravagancias por el mero hecho de seguir siendo el raro bueno.
4 Guión: La necesidad de hacer retorcida la escalada final para sorprender de manera forzada al espectador es propia de una película que sabe de sobra que no tiene fuerza más allá de la transformación psicológica y conversión en cisne negro de una adolescente con obsesiones evidentes. Tratar de ver en este film un duro retrato de la dualidad humana y sus obsesiones es simplemente jugar a decir a gritos que te crean y punto. Es sencilla y previsible, es tramposa y necesita de efectos para hacerse notar porque no posee carga emocional suficiente, al más puro estilo Christopher Nolan.
5 Danza: El mínimo esfuerzo por demostrar que la protagonista ejerce de bailarina es símbolo de la naturaleza puramente de adorno de la película que busca más aplausos que entereza profesional. Seguir a los actores mientras danzan por el escenario es un bonito gesto y recurso pero se convierte en sobreexplotado. Puede que ya comenzado el rodaje se viera que la gran actriz no era capaz y la improvisación se hiciera camino a la hora de rodar sin que se notaran las carencias. La excusa del cisne negro, la tragedia del cisne negro no es suficiente para hacerme pensar en un mundo mágico hecho realidad. Se trata de dos cosas distintas, un suicidio dramático, y por otro lado, un accidente dramático. Hacerlos coincidir sólo hace temblar aquellos que miran el dedo en lugar de donde apunta.
6 Banda sonora: Utilizar a Tchaikovsky en algunos momentos clave son agradecidos, está claro, pero forzar que existan momentos para ello sin respetar los tiempos necesarios para que el personaje se exprese en la soledad de su tormenta ya no me gusta tanto. En cualquier caso es lo menos criticable bajo mi opinión.
7 Los ojos rojos: Los ojos rojos de la protagonista Nina son un símbolo de una película menor, sin fuerza aunque sí con intensidad, en la que el espectador se agarra y no quiere dejar de ver pero no porque lo que ve sea interesante sino desconcertante. La voluntad de índole psicológica de los hechos, son un abstracto donde esconderse para mostrar cuanto se quiera con justificación medianamente pasable. La aureola de buen film, la campaña absolutamente orquestada para sacar adelante el film es sospechosamente irritante y es muy claro que esta opinión está redactada para contestar a la apabullante caída de buena crítica, que en mi opinión debería de ser no mala crítica ya que no es mala película, pero tan buena, como si hubiera encontrado el secreto, tampoco. No sé por qué me extraño, ya sucedió con la justa Origen. Se ve que estamos en tiempos de ruido y pocas nueces, qué le vamos a hacer.
PD: Vincent Cassell. ¿De verdad no había nadie más para dar lecciones de sexo y liberación sexual mientras lo disfraza con miseria de animalidad humana?. No es el indicado.
PD: Éxtasis. ¿Qué fácil no?