Estamos en medio del gran boom de la Lay Sinde en acción, y esto hace que empiece el carnaval de la pandereta con detenciones sobre piratería mientras asistimos a la pugna por el cetro de la presidencia que el señor De la Iglesia ha dejado en alto nivel, difícil de capturar en cuanto a simpatía y mediática presencia.
La persona ya puesta en libertad pero detenida a primera hora del mismo día es Manuel Sirgo (junto con él han sido detenidos dos empleados suyos), miembro de la academia y ganador de un Goya por Pollo, un cortometraje de animación en el 2002. Parece que comenta que a uno de sus empleados le dejó unas claves que daban acceso a las películas de los premios, por lo que el autor de la prohibida difusión de películas en Internet sería esa segunda persona. Rocambolesco ¿verdad? Yo diría que extraño, por lo menos, que en los tiempos que corren, los códigos viajen a ritmo de pandereta, como siempre, pero en fin, que la justicia actúe.
Y mientras Enrique González Macho, presidente de Alta films y propietario de Cines Renoir (acompañado de Marta Etura y Judith Colell), pretende aspirar al trono que tiene que vigilar los códigos de acceso a las películas compitiendo contra Bigas Luna y Azucena de la fuente (a la cual parece que la prensa en general descarta). Agotada ya la sesión de victimismo-heroismo-moralismo-chantajismo (cada uno como quiera) sobre el asunto gala de los Goya y dimisión del ex presidente, parece que llega la hora de empezar con fuerza a tomar las riendas de un asunto que parece que nadie quiere.
¿Cómo adaptar Internet al cine sin dejar de destrozar los derechos de autor? Esa es la cuestión, pero yo creo que sólo se va a hablar del cierre de páginas webs, de códigos de acceso a películas y demás historietas de cortina de humo con las que no hacer frente al verdadero asunto, el cambio de modelo de negocio, co
sa que a las distribuidoras no les mola ni un pelo, pero eso sí, a una peli nada vista en su estreno como Pa Negre ha darle premios grandes, no lo digo porque no los merezca, sino por la evidencia de que los dueños de las salas no viajan en sintonía a toda la oferta de cine. Claro, esto es un negocio, despierta idealista…pues entonces no volvamos a meter en cine en lo llamado cultura porque no llega a las gentes.
No tengo fe. Porque salga quien salga la cosa seguirá igual, porque entre quien entre el cine seguirá igual, la ley está en marcha y le da igual quien esté delante. Las soluciones son para los que tienen problemas, el ministerio de cultura no tiene problemas, porque para eso tiene leyes que los atajan. Y mientras el sonido de la pandereta seguirá fastidiando la banda sonora de algunos films aunque eso a Torrente le de bastante igual, con internet y sin él.