Alex de la Iglesia ha recibido en San Sebastián, en el marco del Festival de Cine, el Premio Nacional de Cinematografía. Lo hace tras ver reconocido su trabajo como guionista y director de Balada triste de trompeta hace apenas unos días, en Venecia.
De la Iglesia, presidente de la Academia española, está de suerte. No se puede quejar... pero se queja, con sorna: Aseguraba hoy en Donostia que rodar Balada triste ha sido la experiecia más cansada y dolorosa, incluso más que la de su primera película. También añadía que del "dolor" se pasa al "placer".
El director bilbaino también reconoció que le molesta no haber sido seleccionado para los Oscar, pero que hay que aceptarlo y, además, "aceptarlo con alegría ya que quienes deciden son los miembros de la Academia". Lo dice el presidente de dicho organismo.