Cuando supimos que Alex de la Iglesia sería el nuevo presidente de la academia de cine, escribí un
artículo opinando que era una buena opción. Creo que se puede
decir que no me equivoqué. El director consiguió de nuevo la
presencia de Almodóvar en las gala de los Goya (una gala
infinitamente más atractiva para el público que cualquiera de las
anteriores, de la misma manera que la de este año vuelve a
prometer). Se ha esforzado, con sus discursos oficiales y, sobre
todo, con su presencia en Twitter, en ganar de nuevo una muy
necesaria imagen para los trabajadores del cine español. Una imagen que estaba maltrecha. Ha mostrado
una actitud dialogante y abierta, y ha puesto todo el empeño para
luchar por defender nuestro cine.
Ahora dimite.
Razones no le faltan, después del
estrepitoso fracaso social de la ley Sinde, se ha embarcado en un
tremendo esfuerzo por buscar una alternativa con la que los
internautas puedan estar más de acuerdo, mientras paralelamente
impulsaba el diálogo sobre nuevos modelos de negocio más acordes
con las limitaciones y las ventajas de las nuevas tecnologías. Se ha
reunido con representantes de los internautas, ha dado la cara y ha
puesto una propuesta sobre la mesa. Debo reconocer que no comparto
del todo las ideas de la nueva propuesta, aunque sin duda es más
aceptable que aquello que proponía nuestra querida ministra. El caso
es que después de todo eso, se le ha puenteado y se ha optado de
nuevo por prácticamente la misma ley que se desechó hace un tiempo.
Nos va a tocar soportar decisión
política con la que la mayoría no estamos de acuerdo, sin embargo
hay algo que me parece aún más grave. Si el trabajo y la voz de,
nada menos que el presidente de la academia de cine español es
ninguneado de esta manera por el gobierno (y por la oposición) en un
tema que le atañe directamente, ¿como va a hacerse oír el
ciudadano de a pie? Si se supone que esta ley está pensada para
defender a los artistas, ¿cómo es que oímos las voces contrariadas
muchos de ellos, incluyendo el propio presidente de la academia? Sí,
es cierto que Alejandro Sanz desde su mansión en Miami ha mostrado
su gozo en twitter. A algunos sí parece que los defiende esta ley. Necesitamos leyes constructivas, útiles y sobre todo, éticas.
En todo caso, lamento terriblemente que
Alex de la Iglesia deje la academia, estaba siendo muy positivo. Sus
motivos son más que comprensibles, pero desde aquí yo le pido que
no presente su dimisión y que siga luchando. Creo que es lo que querrán muchos de los internautas y espectadores. ¿Quién va a pelear si no?