Sherlock y Olmo han arrancado el domingo donostiarra con Neds. “Al final el glam-rock, drogas y sexo prometidos por el librito del Festival han brillado bastante por su ausencia, aunque la película no está nada mal”, reflexiona Sherlock, mientras que a Olmo el film le recuerda “a Irvine Welsh, famoso por su Trainspotting, pero también por Porno, Escoria, Secretos de alcoba de los grandes chefs...”
Olmo no quería perderse, de hecho, la rueda de prensa de la película. “Voy con ganas de hacer unas preguntas a Peter Mullan. ¿Sabéis quién es? El camello de Trainspotting, la "Madre Superiora", ¡ese mismo! Total, que desde la organización nos dicen que Mullan está llegando aún a Donostia por lo que tardará al menos 20 minutos... así que la mayoría de la prensa se va porque no da tiempo: proyectan Bicicleta, cuchara, manzana.”
Esta era, quizá, la cita mediática del día. Y se vivió con un alto nivel de emotividad. Olmo lo narra: “La sala se pone de pie y aplaude a Maragall durante más de un minuto. Al finalizar la sesión, el público, muy emocionado, le vuelve a aplaudir”.
Beiger añade: “El caso es que nunca me ha gustado Maragall, ni él ni el estilo de su política. Pero la verdad es que el documental está muy bien. En primer lugar, porque el protagonista es el Alzheimer, y se trata de promocionar la Fundación de Maragall que lucha contra esta enfermedad. No es un capítulo de Redes, pero se aprenden cosas. También se hace un interesante (y algo fallido) contraste de lo que supone una enfermedad así en el primer mundo y en el tercer mundo. Que no es lo mismo”.
Sherlock también es de los que ha aplaudido a Maragall tras la proyección, si bien matiza que se alegra de no encontrar la película a Concurso, ya que sus méritos, dice, no son cinematográficos.
Sherlock y Bieger también se han atrevido con Misterios de Lisboa, “la película / serie de 4 horas y media”. Malas impresiones: “No tiene ningún valor. Ni representa al fenómeno de las series modernas ni tampoco llega a entretener mínimamente. Entre Águila Roja y Amar en tiempos revueltos, pero más aburrida”.
En el tramo final del día podíamos leer a Beiger en nuestro Twitter, indeciso ante el pase de Smukke Menesker, película producida por Lars Von Trier: “Ha hecho reir a toda la sala a carcajadas con su final. No es muy difícil con el público del Zinemaldi, pero para una película que comienza con mucha mamada en baño sucio y chicle en baldosa... la verdad es que consigue girar hasta convertirse en una meritorisísima ópera prima”.
Olmo ha terminado la jornada, por su parte, con Miel: “Regulín, regulán”, dice; además, “en el Principal huele a pies, la gente ronca y se marchan unos cuantos espectadores antes de tiempo. Y mañana viene Julia, y yo con estas pintas. Si es que este año... nada es como siempre”.