El 6 de enero, como un regalo de reyes, comienza en Donosti el festival de cine documental musical Dock of the Bay. Este año lo ha tenido un poco más difícil y ha tenido que recurrir al crowdfunding, pero finalmente aquí lo tenemos.
Voy a seleccionar algunos títulos que me parecen interesantes, aunque como siempre, lo mejor es que cada uno le eche un ojo al programa y encuentre su película. Más en el caso de documentales, ya que el interés personal por la temática es clave; y más aún en el caso de los musicales, pues entra en juego también las preferencias de cada cual, pues en muchos casos se trata tanto de disfrutar de la música como del propio documental.
Al grano:
Mistaken for Strangers
Abre el festival este documental sobre
el grupo de indie rock The
National. También fue la noche inaugural del festival de
Tribeca de este año. El hermano pequeño del cantante, Tom
Berninger, sigue al grupo de gira con una cámara. Es su primera
película como director aunque ha trabajado ya en otros apartados,
por ejemplo, en el departamento de arte de Destino:Woodstock de Ang Lee. La película se plantea como una comedia, jugando sobre
todo con las diferencias entre hermanos. Posiblemente el documental
tenga más de ficción que de realidad, con situaciones más bien
preparadas para el gag, pero si admitimos que nos encontramos ante
una comedia con personajes reales más que ante un documental cómico,
creo que podrá ser disfrutable. Si le sumamos la buena música de
The National, puede
ser una opción de lo más interesante.
Invisible
Un documental vanguardista, aclamado
por cierto sector de la crítica más abierto a la modernidad (para
que se me entienda: Caimán), y que se ha visto en festivales raritos
como el FID Marseille. Dirige Victor Iriarte y versa sobre la
artista musical (la califico así por su carácter multidisciplinar)
Mursego. Sin querer desvelar demasiado, diré que hay una implicación
personal en este trabajo -algo que podría acercarle a apuestas
sentimentales como la de la reciente Mapa. Aunque quizá esto
esté algo más cerca del documental de autor como los trabajos del
grupo de directores conocido como "Los
hijos" (autores de Los Materiales,
una apuesta de lo más radical), o de obras más recientes de
objetivo engañoso como Emak Bakia. Aquí Iriarte nos hablará
de cine de terror, pero en realidad estará ofreciendo un documental
musical, que a su vez, encerrará otras cuestiones completamente
distintas y más personales, jugando con varios niveles de realidad y
con experimentación formal. Para los espectadores más atrevidos.
Europe in 8 bits
Y llegamos al que, a priori, es mi
favorito. Quienes hemos crecido con la primera generación de
consolas de videojuegos, aquellas Atari, Nintendo, Master System,
probablemente hemos desarrollado un cierto gusto por aquellos sonidos
metálicos, limpios y sencillos que se codificaban con tan solo 8
bits, a base de escucharlos durante horas mientras avanzábamos
pantalla tras pantalla. No soy un gran admirador de la nostalgia,
pero de vez en cuando, uno sucumbe. Es el curso natural de toda
tecnología, desde el acueducto hasta Internet: primero resulta
invasiva, fría, pero con el tiempo pasa a convertirse en parte de
nuestro patrimonio. Y ahora, todo lo relacionado con las primeras
computadoras domésticas (ya sean consolas u ordenadores) está
convirtiéndose en tendencia. La moda retropixel, el ASCII art y, sí,
la música en 8 bits.
A día de hoy existe una corriente
musical dentro de la música electrónica menos acomplejada, que
utiliza este formato musical. Para ello emplean directamente las
viejas consolas. El documental trata sobre ello, sobre el proceso,
sobre la música, sobre las fuentes. Como toda corriente, por más
que se autoimponga determinadas limitaciones, las posibilidades de la
música en 8 bits son infinitas. Ya en su momento, había verdaderas
joyas musicales con estos recursos tan básicos.
Sección a muestra
Esta sección solo tiene tres películas
pero quiero destacar una de ellas, The Stone Roses: made of stone.
En principio es un documental musical al uso sobre el grupo, por lo
que básicamente interesará a los fans. Ahora bien, el director es
Shane Meadows, el autor de This is England y Dead
Man's Shoes. Su cine huele a cerveza, a pub, a barriada obrera
británica. Creo que sabrá representar la importancia de esta
icónica banda británica, pionera del movimiento Madchester. Aunque
narrativamente no nos ofrezca más que la reunión del grupo,
probablemente nos dejará una auténtica sensación de identidad.