¿Dónde está James Franco?

No le ha servido de nada al cachondo de James Franco toda su campaña de autobombo para convencer al mundo de que se merecía el Oscar como secundario por su papel de rapero criminal en Spring Breakers. Tampoco sirvieron de mucho las palabras de Werner Herzog, otro cachondo, en las que aseguraba que su trabajo en la película hace que el Robert De Niro de Taxi Driver parezca un crío del jardín de infancia. También aseguró que dentro de 300 años, cuando la gente mire atrás a este tiempo, no verán el discurso de investidura de Obama sino Spring Breakers. Parece que Herzog no tiene mucha mano en la academia, más allá de su voto - fue nominado una vez a mejor documental por Encuentros en el Fin del Mundo.

La película no ha conseguido ninguna nominación, a pesar de ser una de las mejores del año y, sin querer ser tan bruto como Herzog, sí que pienso que será una obra que perdurará en el recuerdo, al contrario que la máxima nominada, La gran estafa americana. Pero esto era de esperar. Por mucho que la academia va renovándose un poco, Spring Breakers está muchas revoluciones por encima de lo que la mayoría de los académicos está dispuesto a tolerar. Está cargada de vicio, mala leche y una incómoda mirada a la doble moral sexual que afecta a la juventud americana. Es su clasificación debería indicarse "no recomendada para miembros de la academia".

Ahora bien, se podía esperar que James Franco rascara al menos una nominación, ya que, este año ha ganado el premio de varias asociaciones de críticos, Ohio, Los Angeles, San Francisco y, lo más importante, la asociación nacional. Además es un actor que ya fue nominado por la excelente 127 horas, en la categoría de protagonista.

Efectivamente, James Franco es secundario. Tarda en aparecer y no gira sobre él la película. Pero cada minuto en que está en pantalla uno no puede mirar para otro lado. Al igual que la película, se vuelve hipnótico, con la sensual maldad de una serpiente. Con su imagen macabra, grotesca y su noble violencia. Un personaje que consigue ser odioso y simpático, repulsivo y atrayente. Terrible y divertido. Una transformación absoluta para convertirse en un artefacto volátil, completamente en consonancia con el tono general de la película. James Franco es Spring Breakers. Nos ha regalado el personaje más carismático y memorable del año.

No importa, este ha sido el año de James Franco, ha estrenado varias películas como director y en un solo año las ha colado en Berlin, Cannes y Venecia. Ha escrito varios libros, ha hecho televisión, se ha interpretado a sí mismo en Juerga hasta el fin y por su puesto, se ha divertido con su campaña para proclamarse mejor secundario del año. Solo le queda tomárselo con humor y felicitar a su amigo Jonah Hill.

Spring break forever, bitches!