El fuego fatuo: una novela, dos películas y una canción

Los cinéfilos con suerte tienen en la cartelera de su ciudad una película noruega pequeña, sencilla pero muy reivindicable: Oslo, 31 de agosto. Es una película que se vio en el festival de Cannes en 2011, en Un certain regard. Hizo su tour por otros festivales. Se llevó los premios "Amanda" (lo que viene a ser un Goya noruego) al mejor director y al mejor montaje. No voy a entrar a hablar de sus virtudes porque ya lo he hecho en mi crítica. Joachim Trier hace una libre adaptación de la novela El fuego fatuo. Libre, sobretodo, porque la ambienta en la actualidad en Oslo, aunque la idea es básicamente la misma.

La novela es una historia corta -alrededor de 100 páginas- escrita en 1931 por Pierre Drieu La Rochelle. Se centra en un personaje adicto a la heroína que ha decidido suicidarse. Dedica su último día a reencontrarse con viejos amigos y en cada encuentro se va desgranando su personalidad y sus motivos, así como evolucionando en sus intenciones.

No es la primera vez que se lleva al cine. En 1963 Louis Malle la adaptó por primera vez. Entre medias ha habido un telefilm francés que no nos interesa. Malle es el director de películas como Adiós, muchachos o Ascensor para el cadalso. A pesar de que es contemporáneo a la Nouvelle Vague, no puede considerarse parte del movimiento. Tuvimos la suerte de poder verla en la 15ª edición del finde precrítico, gracias a Hypnos. En su versión, cambia la adicción a la heroína por el alcoholismo. En realidad, no importa mucho, el tema es el suicidio. Rueda en un duro blanco y negro, esta historia dura y sin adornos. En este sentido, la nueva versión de Trier, aunque argumentalmente es también muy sobria, tiene un estilo más esteticista, menos seco.

Ya tenemos las dos películas y la novela. Solo falta la canción. Según parece, el escritor de la novela se inspiró fuertemente en un poeta amigo suyo, Jacques Rigaut, obsesionado con el suicidio. El grupo Lori Meyers, en su disco Hostal Pimodan le dedican una canción titulada directamente La vida de Jacques Rigaut. Ahora sí, ya tenemos todo.