El mundo perdido de Steven Spielberg


27 de Mayo de 2009
por Iñaki Ortiz

Con motivo de su pase en televisión hace unos días, pude volver a recordar la que seguramente es la peor película de Steven Spielberg, El mundo perdido, secuela de Parque Jurásico. La cuestión que quiero analizar aquí es que también fue un importante punto de inflexión en la carrera del director.

Se enfrentó a un material pésimo, no entraré si la culpa es del irregular guionista David Koepp o directamente de la innecesaria secuela de Michael Crichton (todo apunta a lo segundo), pero el caso es que no hay película. Seguramente, quien más claro tenía este punto era el propio Spielberg, pero decidió rodarla por intereses puramente económicos, para justificar los rodajes de sus otras películas (la anterior había sido La lista de Shindler, y las siguientes serían Amistad y Salvar al soldado Ryan), que a pesar de funcionar bien en taquilla en general, le alejaban de su posición indiscutible de dios de las palomitas, que necesitaba mantener para seguir manejando el cotarro. También la rodó por darse el gustazo de homenajear a King Kong y a Godzilla con el atrevido desenlace, pero esto es otra historia.

El caso es que una vez dentro, en algo se ha de invertir el talento y Spielberg lo tenía claro. Durante toda la película se dedica a desplegar sus habilidades dentro del cine de aventuras más clásico, utilizando todas las tretas que ya conocemos de él. Los protagonistas colgando y la bolsa apunto de caer para romper el cristal, el punto de luz que indica que el barco se acerca a puerto a gran velocidad, el cazador carismático que se pone el sombrero al más puro estilo Indiana. Spielberg domina a la perfección todas sus claves de aventura y suspense. Se dedica además a trabajar complicados travelings y planos espectaculares. Parece manejar todo esto sin apenas esforzarse, y eso transciende al resultado.

También nosotros, su público, especialmente sus admiradores, conocemos al dedillo todos sus trucos, sus juegos, sabemos cuando utiliza un plano general porque ha de aparecer el barco en el perfecto hueco que ha preparado. Sabemos cuando está generando tensión sobre una víctima. Lo conocemos de sobra. Creo que aquí Spielberg llegó al límite, no lo quedaba nada por aprender de los mecanismos del cine de aventura clásico y, por otro lado, no estaba ofreciendo nada que el espectador no conociera ya y corría el riesgo de cansarlo. La carrera de Steven Spielberg cambió.

Sus películas más palomiteras desde entonces se volvieron más oscuras, más atmosféricas, abusando menos de sus trucos. Minority Report, La guerra de los mundos e incluso su último Indiana Jones, donde sin duda era necesario volver a viejos recursos, pero el director parecía más interesado en otras cuestiones, como la ambientación, el tono, los personajes. Después de El mundo perdido, las películas más características de Spielberg, sobre las que más se ha volcado, han estado lejos del cine de aventuras, pienso en Munich, Salvar al soldado Ryan, Atrápame si puedes o Inteligencia Artificial por ejemplo. En el futuro cercano tampoco parece cambiar esta tendencia.

Quizá El mundo perdido fue su peor película, pero también es uno de los puntos clave de su carrera. Efectivamente el título hace honor a las circunstancias, perdimos con ella todo un mundo propio del director más influyente de los años ochenta.




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