De un tiempo a esta parte nos estamos malacostumbrando. El corto español está funcionando a un gran nivel y una muestra es que trabajos de directores como Fresnadillo, Cobeaga o Vigalondo han pasado por el Kodak Theatre, nominados al Óscar.
Eduardo Chapero-Jackson, director de Alumbramiento, ya tiene en el bolsillo varios premios internacionales de primerísimo nivel por el que es su último cortometraje hasta la fecha. Ahora acaba de ser preseleccionado para los Óscar. Nosotros cruzamos los dedos y esperamos que, el próximo 22 de febrero, podamos verle sentado de esmoquin en el célebre teatro angelino.
Precríticas: ¿Con la preselección para los Óscar, ya notas mayor bombo mediático a tu alrededor, más incluso que con el premio en Venecia o en los Premios del Cine europeo?
E.Chapero-Jackson: No, la verdad es que hubo más repercusiones entonces, porque esto todavía es solamente una preselección. Luego llegan las nominaciones y ahí sí que imagino que llega todo el lío.
P: ¿Cuándo vas gestando un proyecto como Alumbramiento piensas en que puedan llegar todos estos premios?
E.C.J: No, no lo piensas. Todo profesional sueña despierto en alguna ocasión, pero son como sueños de niño. Cuando estás haciendo algo como este cortometraje no lo piensas, ni te lo planteas como algo factible. Por eso luego cuando llegan tiene un punto de impacto, de sorpresa. Además sería un error pensar en ello, lo importante no es pensar en el resultado, sino en el proceso, en la historia, en ahondar en la naturaleza humana de los personajes.
P: ¿Qué cualidad, qué méritos crees que están llevando a Alumbramiento a este reconocimiento internacional?
E.C.J: Hacer un corto como este es finalmente plantar muchas semillas, pero tiene que haber algo que una todos esos elementos, de ahí sale una magia que trasciende. Alumbramiento funciona a un nivel casi de poesía emocional. Y además está la música, están las interpretaciones también. Todos los elementos han funcionado.
P: La muerte es un lugar común en el cine, y en el Arte en general. Una temática grande para un formato pequeño, el corto
E.C.J: La muerte es un concepto muy abstracto, no diría que el corto habla de la muerte. Prefiero ir a algo concreto y así conseguir luego un resultado realmente mucho más universal, partiendo desde un punto más humilde. No he querido hacer una tesis sobre la muerte. La emoción está en las cosas pequeñas, aunque se hable de grandes temas.
P: Hablemos del estado actual del cortometraje en España. ¿Cómo ven el formato los propios cortometrajistas? ¿Es un paso de aprendizaje, un ensayo obligatorio previo al largo, un formato simplemente independiente…?
E.C.J: El corto es escuela y aprendizaje pero también es cine, en sí mismo. Funciona de ambas maneras, depende de quién lo trabaje. Para muchos de nosotros es un formato muy bello, liberador, de síntesis y de poesía, algo que el largo no te da. Yo espero hacer largos, pero espero poder seguir haciendo cortos, y cada cortometraje que he hecho, lo he hecho sintiéndolo como una peli.
P: ¿Cómo llega a conocer un cortometrajista la sensación de que su trabajo puede provocar en el público?
E.C.J: Bueno, si tienes suerte de que lo emitan en televisión no puedes percibir cómo funciona, pero en directo, en festivales, sí. Si un corto funciona bien y es seleccionado en festivales con cierta regularidad, sumando todos esos certámenes al final lo ve más gente que un largo que no esté funcionando del todo
P: ¿Cómo se lleva el primer pase con público?
E.C.J: Es un momento tenso, en los primeros pases quizás suelo estar un poco ido. Te sientes vulnerable, porque tu ser, tu esfuerzo, está ahí proyectado. Es una sensación de desnudez, de exposición. Tras los primeros pases se va, pero con cada nuevo trabajo vuelve.
P: Una pregunta inevitable: la industria de nuestro país. El corto español funciona y es premiado, pero muchos talentos están yéndose fuera. ¿Cuál es su problema?
E.C.J: Es una combinación…En España hay un estancamiento industrial, hay menos producciones, se gasta menos dinero. Por otra parte es cierto que hay talentos jóvenes, pero el formato del corto, como decía antes, es más libre a nivel creativo. Al pasar al largo, la industria se rige por estructuras de mercado, parámetros de género…lo cual es normal porque el gasto de dinero es mucho más alto. Quizás por eso ahí parte que ese talento se quede en el camino. Y luego está Hollywood, que desde siempre ha absorbido el talento extranjero, cuando algo le interesa.
P: Tras Alumbramiento, ¿el salto al largo?
E.C.J: Primero un mediometraje, The End, una idea que nos surgió tras recibir el premio en el Festival de Almería por Contracuerpo. Es una actualización del Western. Pensamos que podría llevar a hombres y mujeres a una situación, hoy día, como la del Salvaje Oeste, y hemos partido de la crisis del agua, uno de los problemas más graves que encontramos ahora en nuestro planeta. Está rodado con actores ingleses, sólo hay un personaje español, lo interpreta Miguel Ángel Silvestre.
Luego, en los últimos dos años he venido trabajando en un guión de largo. Esperemos que pueda producirse durante este año. Falta algún tema financiero, pero estoy ilusionado porque parece que marcha bien. El título es Verbo, y es un guión de aventuras. Es un reto, y es una dificultad, pero como te decía estamos muy ilusionados.