Entrevista a Patxo Telleria y Aitor Mazo


08 de Septiembre de 2008
por William Munny

Presentamos la entrevista a Patxo Telleria y Aitor Mazo, con motivo del estreno de su primera película juntos como directores (ambos actores durante años) llamada La máquina de pintar nubes. Nos comentan que todo el mundo les decía que nadie iba a rodar el guión escrito entre ambos como ellos mismos, que dar la historia a otro director significaba como dar un hijo y se perdería el contenido personal de la misma. Con temblor de rodillas se dispusieron a sacarla adelante descubriendo que sabían más de la dirección de un film de lo que se imaginaban en un inicio. Tras rodearse de un gran equipo comprobaron que el rodaje iba sobre ruedas y nos ofrecen los trastos, porque según ellos, ya han hecho su parte, ahora la película tiene que gustar, es el turno del espectador.

Precríticas: Ambos directores bilbaínos, ¿qué recuerdan con más cariño de aquellos días en los que está ambientada la película a pesar de su juventud por aquel entonces?

Patxo Telleria y Aitor Mazo: Yo recuerdo que me sentía un privilegiado por vivir en un barrio como Santutxu, donde había campas en las que jugar, espacios abiertos por todas partes en los que construíamos chabolas o jugábamos sin desmayo hasta el anochecer y saltábamos tapias prohibidas, y, en fin, vivíamos todo tipo de aventuras. Luego, cuando nos vestían de bonito para bajar a Bilbao los domingos pensaba en lo aburrido que debía ser para un niño de la Gran Vía vivir en aquellos portales sin campa.

P: ¿Cómo surgió la idea, de qué manera se juntaron para sacar adelante el proyecto?

P.T y A.M: Ya lo habíamos hecho antes en teatro, siempre nos hemos completado muy bien pero esta vez nos apetecía cambiar el formato, nos parecía que era una historia muy personal y que pedía a gritos ser una película. La suerte quiso que lo presentásemos a un premio del programa Versión española y entre 600 guiones fue el nuestro el que ganó.

La máquina de pintar nubes

P: ¿Por primera vez ambos detrás de las cámaras aunque también salen en el film, qué tal la experiencia?

P.T y A.M: Para repetir, nos gustó mucho este oficio que aunque dentro del nuestro era nuevo para nosotros. Estábamos tan acojonados por aquello de que éramos nuevos, que la preparamos muy concienzudamente, hubo mucha preproducción. Cuando vimos que el equipo era muy bueno empezamos a pensar que lo conseguiríamos. Y a partir de ahí, la verdad, todo fue sobre ruedas. En realidad hemos hecho la película que teníamos en la cabeza, con un ambiente magnífico y con un resultado, creemos, más que aceptable. Por supuesto que no hubiese sido posible sin una productora como la que hemos tenido, ABRA PROD, y sin su productor Joxe Portela que fue quien confió en nuestro guión.

P: ¿Aquel barrio obrero del fin de la dictadura, el arte en medio de un mundo quizás agarrotado por los tiempos que le habían tocado vivir, es la película un retrato de la libertad surgiendo sin encierro?

P.T y A.M: Es La máquina de pintar nubes un film difícil de contar y muy fácil de ver. Transcurre en un lugar bastante inhóspito como puede ser el Bilbao de 1974. Pero no nos quedamos a vivir ahí, no es una crónica sentimental de la época, simplemente ocurre en ese duro tiempo y precisamente de ese tipo de “fosas” siempre han surgido grandes propuestas, grandes artistas.

P: ¿Cómo se dice en el film, detrás de algún error puede haber una genialidad?

P.T y A.M: Para un creador desde luego que sí. Muchas veces hasta que no estalla la crisis no hay forma de salir adelante. Definitivamente sí, hay que meter la pata, hay que sufrir para gozar.
 
P: ¿Se puede decir que Bigen Elortza, el actor protagonista del film, y esa margen de la ría de Bilbao son las columnas vertebrales que cohabitan y se necesitan en la película?

P.T y A.M: Es una película bastante coral, no sólo de personajes sino tamLa máquina de pintar nubesbién de lugares y cosas. Quiero decir que efectivamente, la ría es un personaje más, el coche es un personaje más, el propio mundo inalcanzable es un personaje más… y por supuesto, Asier, el personaje que da vida Bingen, es el centro de todo esto. Por cierto, creemos que la interpretación de los actores jóvenes va a sorprender mucho. Estamos muy contentos con todos, Bingen, Loreto, Lander y Asier. Me emociona mucho ver tirar para arriba a los jóvenes en una profesión tan complicada, que por otra parte, es el espíritu mismo de la peli.
 
P: ¿Supongo que el Festival de San Sebastián es el trampolín que esperaban para llevar la película al mundo?

P.T y A.M: Qué duda cabe que para nosotros es muy importante y es un premio estar ahí. Pero el tema ya no está en nuestras manos. Nosotros ya hemos hecho la peli. Ahora pasa a poder del público. Sólo esperamos que guste, que la gente la vea y salga con algo dentro.

P: ¿Está complicado hacer cine, y sobre todo, hacer cine vasco?
 
P.T y A.M: Hacer cine es un milagro y por tanto hacer cine vasco más milagroso aún, supongo que en todas partes dirán algo parecido pero la verdad es que hasta ahora ha sido muy difícil ser artista en esta tierra. Estamos a tiempo de cambiarlo y creo que vamos camino de ello, hay que terminar con aquello de “el futbolista de casa y el artista mejor de fuera”.

P: ¿Después de esta satisfactoria experiencia qué hay para el futuro, algún proyecto entre manos?

P.T y A.M: El más difícil y ambicioso de todos… hacer la segunda.





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