Cinco minutos de gloria es presentada por uno de los protagonistas, James Nesbitt, su director, Oliver Hirschbiegel y su productor, Eoin O'Callaghan. Inevitablemente, gran parte de la rueda de prensa se centra en el aspecto político. El director y el actor, como suele suceder, se llevan casi todas las preguntas, aunque el productor toma parte activa en varias ocasiones, complementando los puntos de vista de los otros dos.
Nos explican la particularidad de la base de esta película. El hecho inicial, el atentado, es real, así como los dos personajes principales, aunque el encuentro es una invención, a modo de experimento de lo que podría suceder. Sin embargo, ambos han sido consultados por separado y han asesorado la película. Los diálogos han sido aprobados por ellos. "Queríamos experimentar con la posibilidad de ese encuentro aunque después nunca sucediera". Después de que las dos personas reales vieran (por separado) la película, coincidieron en que emocionalmente, psicológicamente, era real para ellos.
Nesbitt nos cuenta como preparó su personaje, y como se reunió con el verdadero Joe. "Me habló durante 7 horas sin parar". El actor, después de leer el guión tenía miedo de que quizá tuviera varios puntos excesivos, algo exagerados, en cuanto al comportamiento de Joe. Al conocerle disipó sus dudas "Estaba tan extremadamente dañado como en el guión, y era tan bizarramente articulado". Este punto exagerado del personaje real le colocaba al actor en una fina línea, de la que si te pasas el personaje resultaría demasiado alocado. A veces el actor probaba sus propias aportaciones exageradas, y algunas de ellas finalmente estuvieron en la película.
"La película no trata sobre la reconciliación", eso concluye el director. Es una cuestión más bien de autoconciliación, ser capaz uno mismo de superar el problema. "Es ingenuo pensar en una conciliación de darse la mano y ya está". "Es importante que toda la sociedad fomente la reconciliación". Busca las raíces del problema: "En toda violencia sectaria hay personas que manipulan. Los poderes que manipulan deberían hablar entre ellos, no sólo se trata de abandonar las armas. Las partes no tienen que abrazarse, lo que tienen que hacer es dejar de luchar".
El interés del director no son tanto las cuestiones genéricas como la propia condición humana. Le interesan dos personas que se describen de un modo tridimensional. "Estoy fascinado por ese animal interesante que es el ser humano. Podemos vivir juntos siendo extraños y muy diferentes".
Aunque no es el tema principal, la película también habla un poco de la televisión. Nos dan su opinión sobre los realities. "Los participantes de estos programas, inconscientemente están actuando, porque saben que les graban, no son del todo reales, pero no son actores con formación y se pasan. Es un juego peligroso". El actor encantado con el análisis bromea: "¿Hacemos una película?".
Hirschbiegel habla un poco de dos proyectos que maneja actualmente, uno de ellos sobre los soldados de Sierra Leona y el otro sobre una "venganza europea".