Rueda de prensa de la película francesa Hadewijch. Para ello tenemos a su director, Bruno Dumont, y la actriz Julie Sokolowski, que apenas recibe preguntas, y se explaya mucho menos que el director. La película ha recibido reacciones encontradas, así se le hace saber a Dumont, y el director se dedica a explicar, más que comentar, sus intenciones con la película.
Lo primero que deja claro es que no se trata de un retrato sociológico ("desde el punto de vista sociológico es nula"), sino una película poética sobre el amor desmedido, y como puede producir resultados completamente opuestos al concepto de amor. "Esta película es una metáfora sobre el amor humano". El centro absoluto de su película es la joven Céline, y por esta razón, separa voluntariamente todo aquello que la rodea (su padres, amigos, etc.) "agrandando el escenario", para no mezclar cuestiones sociales con el que es el verdadero tema, el amor de esta chica a Dios. "Necesitamos una versión artística que nos haga reflexionar". Explica que uno de los temas clave de su película es que todo lo hermético lleva a la exterminación.
Considera que en ocasiones, este amor puede ser "el alter ego de la violencia", y esto produce una ambigüedad interesante sobre la cual reflexionar, pero aclara que esta ambigüedad no se encuentra en la propia película, sino en nosotros, los espectadores. "Hago un cine que pretende ahondar en la ambigüedad y ofrecérosla a vosotros". Lo que más le interesa al director no es la propia película sino el espectador. "Al final de la película hay una luz, pero vosotros tenéis que acabarla, no yo.Tiene que evolucionar en vosotros". Son tan válidas las interpretaciones del espectador como la intención del autor. Considera al crítico un "espectador profesional". Acepta las interpretaciones sociológicas que se le plantean pero puntualiza "porque la hacéis vosotros, no yo". Una periodista afirma que lo que necesitaba el personaje era "que se la tirasen", a lo que él responde "Esto es una muestra de la potencia de un espectador. ¡Muy bien! ¿Por qué no? En relación al sexo, habla de un erotismo casto y sentencia "Es la película más erótica que he hecho. A mí me pareció muy caliente".
Se le pregunta el por qué de los planos de mucha duración en los que aparentemente no ocurre nada. "Es una forma de dialogar con vosotros. Quiero vuestro tiempo para reflexionar, necesitamos mucho tiempo para ello, somos muy lentos". Igualmente en cuanto a la fotografía, no quiere cambiar de plano hasta que el espectador no haya entrado por completo en el que se encuentra. Habla de la lentitud en otros artistas, entre los que menciona directores como Bergman pero también compositores como Bach. "Existe toda una tradición de pausa, la lentitud está en nosotros, somos lentos".
Se declara como no creyente aunque matiza "Para mí la Biblia es un poema, no desecho del todo la palabra de Dios. Creo en lo sagrado-humano, creo que la Iglesia es algo viejo, que está acabado, pero hay que recuperar la gracia. Para mí Dios no es más que una figura poética, algo misterioso que hay en nosotros". Explica también la manera en que preparó el personaje con la actriz. "Julie estaba enamorada, así que le expliqué la ausencia de Dios por transposición de su amor".