Sólo serán dos días, pero vale la
pena acercarse al festival de Sitges. Al poco de llegar, después de
muchas horas de viaje, ya tenía la primera película, no hay tiempo
para ir a la playa. The Moth Diaries, de Mary Harron (la directora de American Psycho), que ha presentado la
película. Estaba sentada a pocos metros de mi butaca, pero no tengo
pruebas, con las prisas me dejé la cámara en el hotel. Nos explica
que poco tiene que ver con su película más famosa, que da menos
miedo y se centra más en los procesos de la adolescencia. Eso queda
claro, aunque algo de sangre también tenemos y sigue un esquema de
víctimas similar. El problema es que el guión avanza entrecortado,
a bandazos, empieza un tema y luego pasa a otra cosa, y su ambigüedad
es algo forzada. Descontento.
Después, sin apenas descanso, llega el
temible director húngaro Bela Tarr con The Turin Horse.
Dura dos horas y veinte y no ocurre nada, y claro, eso es un
problema, pero hay que decir que en el primer plano secuencia hay más
cine que en toda la película anterior. Uno agradecería hacer una
visita al Moma y encontrarse en una sala esta y otras secuencias de
la película. Ahora bien, de ahí a aguantar toda la película en un
cine hay un trecho.
Termino esta noche con la película que
más me apetecía: Vampire. Hay algunos elementos cómicos que
creo que la estropean bastante, pero al mismo tiempo tiene algunas
escenas de una poesía perversa que me resultan muy interesantes. Se
permite un ritmo lento y una duración holgada, pero tiene suficiente
valor. Al salir del cine, una chica comenta a otra que en sus 3 años
en este festival nunca había visto una película tan aburrida.
Antes de Vampire nos han puesto un
corto, Good morning, beautiful. De Todd Cobery que está
para presentarlo. Muy contento de telonear a Vampire, que nos
guste, etc. Igual me dejo algún detalle, pero es lo que saco entre
el inglés y la traducción al catalán. El corto es el clásico
trabajo de un gran aficionado al terror (especialmente al japonés)
que quiere meter todos sus recursos estilísticos favoritos en pocos
minutos. Termina siendo un popurrí que sirve para demostrar lo que
sabe hacer, pero finalmente no está mal hilado. Veremos que pasa
cuando salte al largo.
Mañana más: Coppola en 3D, Lars von
Trier y Miike.