Varios estrenos interesantes para este puente, con un extra, el reestreno de Blade Runner. Vamos allá.
Pudimos verla en el festival de San Sebastián. Este proyecto parece casi una consecuencia natural. Un director tan dado al exceso, tan polémico, tan atrevido como Abel Ferrara tenía que homenajear a un cineasta como Pasolini, del que, por supuesto, se declara admirador. Lo hace a su manera, como hizo con la historia de DSK, sin demasiado interés por la realidad. De hecho, quien busque una historia sobre lo que le pasó realmente a Pasolini, es posible que quede decepcionado. Mejor si después os dais un paseo por la wikipedia. Lo que transmite Ferrara es la esencia del autor, y lo hace a través de pinceladas, no necesariamente biográficas, y con algunos elementos fantásticos que completan la vida y obra de Pasolini. Contra Ferrara no se puede luchar, dejaos llevar y disfrutad de su estilo personalísimo. Que Willem Dafoe sea el encargado de encarnar a Pasolini también me parece algo casi natural, y por supuesto, está perfecto. Eso sí, he echado en falta más del exceso habitual de Ferrara.
Una historia de mineros en huelga, una comedia de gays londinenses, un choque regional y generacional. Si esta película no es el producto británico más calculado del año, no sé cuál puede serlo. Y para confirmarlo, algunos de los mejorcitos intérpretes nacionales, como son Paddy Considine, Imelda Staunton o Bill Nighy. Todos estupendos, claro. La película, como digo, tiene todos los elementos de un producto comercial que no hace ascos a ningún truco fácil. La clave es que lo lleva a cabo de una manera tan evidente que no pretende engañar a nadie. Su fuerte es que la historia real que cuenta es emocionante, especialmente en los tiempos en qué vivimos, en los que la movilización ciudadana está tan vigente. Una película que muestra lo mejor de la gente.
Podéis leer la crítica de Pride por AJ Cabrera.
Es la tercera película de un director que ha empezado bastante bien. Su ópera prima fue Margin Call, una película muy teatral que nos situaba en las horas precedentes a la terrible crisis mundial. Si aquella era una apuesta minimalista, la siguiente lo fue aún más. En Cuando todo está perdido, solo Robert Redford y un barco, en una apuesta nada complaciente. Esta tercera película cuenta con dos de los actores de moda, Oscar Isaac y Jessica Chastain. Aunque los Oscars la ignoraron, se hizo un buen currículums de nominaciones de premios de la crítica.
Es curioso, pero podría decir lo mismo que acabo de contar de la anterior. Es la tercera película del director después de un buen comienzo. Muy bueno de hecho, pues rodó esta película después de la inmortal Alien. Ya sabemos lo que pasó después. El caso es que Ridley sigue podando su película como si fuera un bonsay, haciendo pequeños cambios, que a veces pueden alterar el sentido de algunos elementos. Sinceramente, dudo que los últimos cambios aporten algo nuevo, y a estas alturas, las “cosas” que ha visto Roy Batty ya nos las creemos, sí. Ahora bien, volver a ver Blade Runner en el cine (ya hubo un reestreno con el anterior montaje) es como ver Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser. Y si alguno aún no la ha visto, ni en el cine ni de otra manera: de cabeza, por favor.
Ver todos los estrenos de cine