Una semana de estrenos algo pobre, en cuanto a calidad, no tanto en cantidad (10 estrenos) o en nombres, que también los hay. Llegan un par de películas que vimos en el festival de San Sebastián. Voy con un breve repaso a los cuatro estrenos más significativos.
Russell Crowe se lanza a la dirección de un largo. Antes ya había hecho sus pinitos con documentales y un corto. Con El maestro del agua, ganó tres premios de la academia australiana, entre ellos mejor película (compartido con Babadook). Se trata de un drama bélico con hechuras clásicas. Si la semana pasada tuvimos la fallida pero muy atrevida incursión de Ryan Gosling en la dirección con Lost River; esta va a ser todo lo contrario, una apuesta cómoda con la que Crowe no quiere complicarse demasiado. Será difícil que desagrade.
Barry Levinson tuvo unos buenos años 80, con El secreto de la pirámide y Rain man. De ahí para abajo. Tocado suelo con algunos títulos como Bandidos. Cuando ya estaba rodando telefilms, consiguió colar un terror found footage, algo pasado de moda, pero que se sostenía: The Bay fue su película anterior. Ahora adapta a Philip Roth en una comedia dramática que habla de un actor que fue alguien y ahora ya no lo es, algo que el director reconocerá bien. Aunque si hay alguien que puede encarnar ese papel a la perfección, es Al Pacino, acertado protagonista. Dicen que no había estado tan bien en mucho tiempo, lo cual no es difícil. Habrá que darle una nueva oportunidad a Levinson. Una película con nombres del pasado, que habla de nombres del pasado. Puede funcionar. Y está Greta Gerwig.
No os despistéis, no es la secuela de Boyhood. Pudimos ver esta película en la sección Perlas del Zinemaldia y fue bastante decepcionante. Funciona un poco su presentación de personajes, pero pronto se agota.
Isaki Lacuesta quiere ser gracioso, quiere ser muy loco. Una especie de Juanma Bajo Ulloa con mensaje. Junta muchos disparates y grita muy fuerte su indignación. Se supone que unos pandas con metralleta son graciosos. Ni hace gracia, ni sirve para pensar, ni tan siquiera entretiene. Eso sí, dado que es una película con buenas intenciones, tenemos un reparto impresionante, con colaboraciones de todo lo mejorcito del cine español. Quizá por eso, o quizá por ser quien es su director, o quizá por las intenciones, llegó a la sección oficial del Festival de San Sebastián. Yo ya os he avisado.