> Viene de "Expediente X: El Cine en la caja tonta no es cosa del siglo XXI"
Beyond the sea es uno de los capítulos que conforman la primera temporada de Expediente X, emitido cuando la serie ya había demostrado a la Fox que tenían entre manos un éxito importante y que se prometía duradero, pero donde cada capítulo todavía se producía bajo unas limitaciones económicas sobre las que, en siguientes temporadas, la cadena irá aflojando ligeramente su mano dura.
Esto se traduce, por ejemplo, en lo mucho que debió pelear Chris Carter para convencer a la Fox de fichar pese a su alto caché a Brad Dourif para interpretar a Luther Boggs, el psíquico condenado a muerte sobre el que gravita la trama del episodio. Visto el resultado, la pugna de Carter, exitosa, resulta ser capital: Dourif (a muchos les podrá sonar su rostro aún acneico en Alguien voló sobre el nido del cuco; a mí me encanta su protagonista en Wise blood) compone un personaje turbador, temible, con un atractivo obtuso pero poderoso.
Hay mucho de los cara a cara de Jodie Foster y Anthony Hopkins en El silencio de los corderos en Beyond the sea, la referencia es evidente. Como Lekter, el Boggs escrito por Carter y Glen Morgan es un reo especialmente temido que ayudará a la agente Scully (aquí, curiosamente, el escéptico es Mulder) a dar con otro psicópata que parece haber retenido a dos menores. La capacidad de "conectar" de Boggs coge a la agente federal con la guardia baja, tras la reciente muerte de su padre.
Pero en el personaje de Boggs hay también otros elementos reconocibles: Algunos meramente estéticos y menos interesantes (esa media melena churretosa, estropeada, que tanto recuerda al Max Caddy de De Niro en El cabo del miedo), y otros mucho más importantes por su posible influencia posterior: ¿A nadie más le recuerdan esos movimientos de hombros, esa actitud diferente, asocial, como ajena a toda realidad, esa cadencia al hablar y tantos y tantos otros detalles, al posterior Joker de Heath Ledger?
Los continuos enfrentamientos entre Scully y Boggs aportan todo el valor a un capítulo que, desafortunadamente, no tiene tiempo para hacer algo más sólida la trama paralela: el secuestro. Es el precio a pagar por un formato televisivo que apenas llega a los tres cuartos de hora. Pero, mientras al repasar otros de los capítulos de la primera temporada enseguida saltan a la vista las limitaciones y la factura visual tan televisiva, aquí David Nutter (que entre otros también firmará uno de los mejores capítulos de la serie: Clyde Bruckman's final repose) realiza un continuado esfuerzo formal en cada uno de los cara a cara entre Luther Boggs y Scully, sabiendo que ahí está la clave del episodio.
En ese sentido, y lo aprovecho yo también como cierre, sirva como ejemplo el instante de una de las salidas de Scully de la celda del preso, en el que Nutter recoge a la actriz siempre de frente a cámara pero realizando siempre los ajustes necesarios para mantener en plano a Boggs, fuera de foco y cada vez más lejos, como una presencia fantasmal de la que ella se aleja pero que no puede eliminar de su cabeza.
Os animo a recuperar el capítulo y disfrutar de este homicida psíquico que no quiere ser ejecutado, porque sabe que sus víctimas le esperan en el Más Allá.