Apenas quedan dos días, el sábado se dará a conocer el palmarés, y con ello se echará el telón a una edición que no pasará a los anales de la historia del cine. Pero cuando para muchos de los desplazados a Venecia no había esperanza, ha llegado Fatih Akin, un auténtico especialista en festivales, para endulzar la estancia pagada y llevar la sonrisa al Lido. Lo más sonado del film parece ser el cambio de registro radical que realiza el director, dejando de lado el drama y abrazando la comedia, y consiguiendo lo que a veces es tan sencillo que se vuelve terriblemente complicado: hacer reír y arrancar el aplauso unánime.
Venecia, acostumbrada a las sorpresas, ha dado otra en forma de lo nuevo de Brillante Mendoza, Lola. Por lo que respecta a las otras dos película a concurso, la italiana La doppia ora, thriller entretenido y tramposo es el cúmulo de adjetivos que le ha llovido; y El mensajero, egipcia, no parece haber entusiasmado.
Venecia entra en su último round con alguna sorpresa que ofrecer, seguro.