Me inicié en este festival allá por el año 2001 (primera edición). Me subí al barco de este certamen cuando apenas unos pocos creían en él. Por aquel entonces, un joven Olmo, lleno de dudas existenciales (aún las tengo y que duren por el fin de los días) aterrizó en el teatro del Centro Cultural Amaia de la localidad guipuzcoana de Irún. Era otoño y daban Pompeya. Aparentemente podía ser una sesión más. Pero no lo fue. No lo fue porque ocho años después forma parte de mi panorama festivalero anual, es una cita que procuro no perderme y que necesito cada otoño. Las necesidades audiovisuales del joven Olmo fueron satisfactoriamente complementadas con mi pasión por la historia, la necesidad de nuevos conocimientos, la divulgación científica y la cultura de nuestra raza.
Tal y como me ocurre con el Festival de San Sebastián, cuando llegan las fechas, uno tiene curiosidad de saber cómo va a ser el cartel, qué tipo de cintas llegan, cuándo saldrá el librillo, qué días puedo ir, qué días no, con quién ir, dónde tomar ese café antes de las proyecciones, recordar anécdotas del año pasado, animar a alguien a debutar... Se forma un espacio lleno de vida dentro de nuestro pensamiento que piensa en el FICAB como la cita a la que se debe llegar a tiempo y seguir siendo fiel a ella. Pero detrás de toda esta verborrea de lunes a la madrugada y vaso de leche caliente con una cucharada de miel, voy a resumiros en pocas líneas cómo funciona el FICAB, un bebé que nació en el año 2001, que ha crecido y tiene ya edad para hacer la comunión.
El FICAB suele tener una duración de cinco días, de los cuales los cuatro primeros están dedicados a la proyección de películas (una media de cinco por día) a partir de las seis de la tarde hasta las diez de la noche. El primer día, como es obvio, se celebra la Ceremonia de Apertura en la sede del festival, el Teatro y Centro Cultural Amaia de Irún, mientras que el quinto día se realiza la entrega de premios con la ceremonia de clausura en el Museo Romano Oiasso. Las películas, todas de ellas en Sección Oficial optan a los siguientes premios: Gran Premio del Jurado, Premio Arkeolan a la divulgación científica y el Premio del Público.
También en el Museo Romano Oiasso se realizan talleres, seminarios y conferencias durante el certamen. El museo, inaugurado en el año 2006, es pieza clave en la organización del evento, ya que junto a Arkeolan (Centro de Estudios e Investigaciones Histórico Artísticas) son el combustible necesario para que el acontecimiento tenga un resultado sastisfactorio en todos los ámbitos.
En la presente edición del FICAB, vamos a poder disfrutar de las producciones más importantes de países como Francia (tan necesaria), Italia, Estonia, España, Bulgaria o Gran Bretaña así como con la presencia de las más importantes figuras del ámbito arqueológico y de las producciones a concurso. Todo un lujo no sólo por la amplia oferta sino por un detalle (fiel desde la primera edición) que en los tiempos que vivimos es algo a tener en cuenta: la asistencia a las proyecciones es gratuita. Para más información, la página oficial del festival es la del Museo Romano Oiasso (oiasso.com).
En el año de su comunión, el FICAB camina con paso firme y vigoroso.
Un saludo desde lo más alto de un Olmo