Al igual que ya ocurrió con Kill Bill en su momento, Grindhouse, la nueva película de Quentin Tarantino y de Robert Rodriguez se estrenará en España (y en gran parte de Europa) dividida en dos partes. Como ya sabrá la mayoría, la película está formada por dos mediometrajes completamente diferentes. Pues bien, primero se estrenará el de Tarantino, y un tiempo después se hará lo propio, por separado, con el de Rodriguez.
El principal problema es que, para el espectador, aparte de no poder disfrutar de la obra tal y como sus creadores la han pergeñado, supondrá pagar el precio habitual de una entrada para ver una peliculilla de una hora de duración.
Desde muchos ámbitos de internet se está solicitando abiertamente el boicot a la(s) película(s).