Toca hablar de Los paraguas de Cherburgo. No es que se trate de la obra cumbre de Jacques Demy, sino que estamos ante una de las películas de culto de la historia de la cinematografía francesa.
Antes de desgranar con mayor detenimiento la precitada afirmación y, en la línea de esta serie de posts, paso, sin más demora, a dejaros con el inicio del film que, una vez más en la cinematografía de Demy, es uno de los mejores momentos del film y toda una declaración de intenciones:
Lo primero que llama la atención del film es la ruptura total a nivel formal que plantea Demy con respecto a sus dos primeros films: Lola y La bahía de los ángeles. Deja de lado ese blanco y negro nouvelle vague para adentrarse en una explosión de colores saturados, más en la línea de los clásicos musicales estadounidenses. Demy utiliza toda una serie de decorados con un colorido impresionante para remarcar todos y cada uno de los sentimientos y los ambientes de cada una de las escenas.
A estas alturas no creo que se desvele demasiado si se dice
que la película está totalmente cantada, al modo de una ópera, permitiéndose el
propio Demy hacer una broma, en boca de uno de sus personajes, sobre que
prefiere el cine a la ópera ya que en ésta no paran de cantar.
No se trata del único juego de metacine con el que nos
encontramos en la película ya que esta película tiene fuertes similitudes con
Lola, su ópera prima, hasta el punto de que el protagonista de Lola, Armand
Cassard aparece en esta película, existiendo un recuerdo expreso a hechos
acontecidos en dicha película, con un momento magnífico cuando Demy muestra a
todo color uno de los escenarios de Lola, recordemos que aquella estaba rodada
en blanco y negro.
Y es que Demy, una vez más, sitúa su película en la costa.
De la misma manera que en esta película vuelve a tener importancia el Destino, al
igual que en Lola, y vuelve a hacer un uso intensivo de los espejos, eso sí,
con una gran maestría, y con la elegancia que caracteriza su dirección con
algunos efectos realmente vanguardista.
Una vez más tenemos a un joven que se ve obligado a salir de
su ciudad, aunque esta vez contra su voluntad, configurándose una suerte de
terna de jóvenes en sus tres primeras películas: el joven desencantado de
provincias en Lola; el joven desencantado de la ciudad en La bahía de los
ángeles; y en este film, de manera tangencial, Demy nos habla de Argelia y de
lo que supuso para los jóvenes franceses, aquellos que cuando terminó la Segunda Guerra Mundial aún eran
unos niños.
Muy interesante es la relación entre dichos jóvenes y sus
padres, en los que se deja vislumbrar que los padres quieren que sus hijos
tengan mejor vida que la que tuvieron, pero sin poder evitar la injerencia en
las decisiones de éstos.
Al igual que sucede con Lola o, mejor dicho, tomando las dos
películas en consideración, existe una suerte de narrativa circular, de eterno
retorno que se ve claro en el paralelismo entre las escenas de Cassard
visitando a Geneveve y su madre y la visita que hace en Lola a Madame Desnoyers
y su hija. De hecho existe una cierta similitud física entre ambas actrices. Y
la consecuencia de las acciones de Cassard parece que terminan creando en esta
película un nuevo Cassard.
Si en Lola era Anouk Aimée; en La bahía de los ángeles era
Jeanne Moureau; en Los paraguas de Cherburgo es Catherine Deneuve que se vio
catapultada a la fama con esta película en la que, por cierto, no canta ella.
Michel Legrand merece un capítulo aparte ya que sin él esta película no sería lo que es. Combina todo tipo de géneros: jazz, tango, mambo, género musical puro...para ir retratando una historia que puede parecer ñoña en su apariencia pero que destila unas verdades como puños en forma de sentimientos, llegando a su clímax con una escena final absolutamente emocionante y apabullante que conviene degustar con calma. Hay quien quiere interpretar que lo que hace Demy con esta película entre el género musical y el drama más puro es algo parecido a lo que Godard hizo en Alphaville entre la ciencia ficción y el cine negro.
El caso es que estamos ante una película de culto, como ya
adelantaba, que supuso el encumbramiento de Jacques Demy, ganando la Palma de Oro en el Festival
de Cine de Cannes y estando nominada a siete óscars de la Academia de Cine
Estadounidense.
Consulta el listado de películas de la retrospectiva de Jacques Demy en la web oficial.