Con un coste final de 150 millones de dólares, I am legend, la nueva superproducción protagonizada por Will Smith, se convierte ya en la película de vampiros más cara de la historia. Smith se llevará un porcentaje considerable del presupuesto, pero los efectos especiales y la recreación de complicadas escenas de acción han disparado el coste definitivo del rodaje.
Llaman especialmente la atención los 5 millones que ha costado el rodaje de una única escena, en el puente de Brooklyn de Nueva York, para la que se ha contado con la colaboración de 14 agencias gubernamentales y un total de 1.000 extras.
La escena, que contó incluso con la ayuda del Departamento de Defensa, se rodó durante seis noches. Será, seguramente, uno de los platos fuertes de la película, que se estrenará en USA el próximo mes de diciembre.