Ya estamos en la Semana de Terror. El momento más esperado de los aficionados donostiarras al género. Y además, llega con su 25º aniversario.
El Victoria Eugenia mejor equipado que el Carlos III
Antes de la inauguración, me acerqué al Victoria Eugenia, donde se está proyectando un interesante ciclo con algunas de las mejores películas que han pasado por la Semana en las 24 ediciones anteriores. Me sirvió para completar una cuenta pendiente: La casa de los 1000 cadáveres, de Rob Zombie. Una locura de remix de texturas con un montaje efectista que dejaría contento a Bazz Luhrmann, trabajando sobre una cuidada estética de terror setentero. Interesante. Pero más interesante fue ver la ambientación de la entrada del elegante teatro, con elementos terroríficos, incluyendo una improvisada acción de la crítica más terrorífica de Donosti, Begoña del Teso, metiéndose en un ataúd.
Begoña de entre los muertos
Pero vamos ya a la inauguración. La presentación no estuvo mal, incluyendo un vídeo de Gasset presentando la Semana número 15. El jurado de los cortometrajes apareció en el escenario: el crítico Quim Casas, la actriz Nadia de Santiago (que precisamente aparece en la película inaugural) y Carlos Areces que dejó caer un brevísimo "No puedorrl" adelantándose a la eterna petición del respetable, "Imita a Chiquito!". Después, apareció el equipo de la película Musarañas, que abre la competición. Uno de sus dos directores, Esteban Roel, se ganó al público también imitando a Chiquito, esta vez más generosamente, con valor doble por ser mexicano, y ajeno por tanto a la cultura chiquitistaní. Alex de la Iglesia se ganó a todos desde su primer campechano "¡¡Aupa ahí!!".
Macarena Gómez calentando al público con una supuesta escena lésbica incestuosa.
La película, siento decirlo, me
resultó flojita y con una estética más cercana a Amar en tiempos
revueltos, que a una atmosférica incursión en el terror. Momentos
involuntariamente cómicos y un desarrollo alargado en el absurdo que
solo se salva con un par de golpes buenos -y digo golpes buenos de
manera literal. Macarena Gómez bien en su histriónico papel, pero creo que la elección de casting acertada habría sido José Mota. El público, en general, sí que pareció satisfecho,
todo hay que decirlo. Veremos hoy la nota.
Mi crítica de Musarañas.
Después llegó la secuela de Zombies Nazis, en esta ocasión con el mismísimo ejército rojo. Iba yo algo desganado, después de una primera entrega más bien soporífera, pero hay que decir que esta segunda parte corrige los problemas de la primera: hay zombies nazis desde el minuto 1, y consigue encontrar continuamente elementos para seguir la broma. Obviamente, no tiene ningún valor cinematográfico, más allá de una factura aceptable y un excelente trabajo de caracterización. Una tontería que nos sirvió para reir. Cumplió perfectametne su función.
Así me encontré el lavabo del Principal. Posiblemente algún rito satánico.
Llegó la doble sesión con los zombies castores de Zombeavers (veréis que ya todo iba de zombies). Mala, como era de esperar, pero además bastante sosa. Le falta chispa, atrevimiento, más dosis de locura para sostener la tontería. ¿Se puede hacer una película de tres chicos y tres chicas en una cabaña después de La cabaña en el bosque sin sonrojarse? Se puede incluir tantos clichés del género sin satirizarlos siquiera. Pues por lo visto sí que se puede, y no me interesa en absoluto.
Otra cosa bien distinta fue Los últimos días en Marte, que sufrió la decisión de ser programada a las 2 de la mañana, cuando era un cine bastante sobrio y calmado. Circunstancias aparte, una interesante película de ciencia ficción que juega al género zombie desde la serenidad, algo muy inusual. Especial cuidado en la ambientación, en las sensaciones de ese Marte inexplorado. Muy bien. La película que salvó el día, sin lugar a dudas. Mi crítica de Los últimos días en Marte.