Que un cineasta ofreciendo apenas diez minutos de película guste más que otros dos de cierto prestigio con sus obras íntegras es algo realmente extraño, o cuando menos así lo parece. Pero justo esto es lo que ha ocurrido hoy en Venecia.
Tim Burton, que pasaba por Venecia para mostrar la versión en 3D de Pesadilla antes de Navidad, ha entusiasmado a la crítica al adelantarles apenas diez minutos de su nueva película, Sweeney Todd. Este breve avance ha acentuado el hambre de cine de todos los periodistas acreditados en la Mostra, que hoy han tenido que sufrir una jornada un tanto tediosa.
Primero, la única cinta española a concurso, En la ciudad de Sylvia, dirigida por José Luis Guerín y protagonizada por Pilar López de Ayala y Xavier Lafitte, ha entrado bastante mal. La película, de ritmo lento y sin apenas diálogos, ha aburrido de manera prácticamente unánime a los críticos, que salvo contadísimas excepciones han silbado tras la proyección o, a lo sumo, se han limitado a marcharse en silencio.
Y por la tarde la estrella ha sido el personalísimo Takashi Miike. El realizador oriental ha llegado a Venecia con una rareza que homenajea al spaghetti western y en la que aparece hasta Quentin Tarantino. Sukiyaki Western Django, una auténtica masacre, también ha aburrido al personal, provocando una (de nuevo) unánime indiferencia.