Los Goya o el complejo español


12 de Febrero de 2011
por Iñaki Ortiz

Se acercan los Goya y al hablar de ellos oímos expresiones de desgana, de cinismo, de menosprecio. Bah... los Goya.

Uno de los tópicos más habituales es que los premios se los reparten entre unos pocos. En realidad es cierto, pero no deja de sorprenderme el comentario. La producción anual en España no llega a los doscientos títulos y con visibilidad real, no demasiadas. En EEUU, se realizan 800 películas anuales, con bastante presencia, y en los Oscars uno se encuentra con que El discurso del rey está nominada hasta a mejor montaje. Toma ya. No dejan de ser cuatro las películas que se comen la mayoría de las nominaciones. ¿Cuántas películas copan las nominaciones de los César en Francia? ¿Y en los BAFTA británicos? ¿Y en Alemania? ¿Y en Japón? Hago notar que sólo comparo con las cinematografías más interesantes del planeta.

Entre las nominadas a mejor película de este año tenemos la última película de uno de nuestros mejores directores, Alex de la Iglesia, Balada triste de trompeta que triunfó en el Festival de Venecia, embelesando al mismísimo Tarantino. También tenemos Buried, la sensación de Sundance, de éxito internacional, que le ha valido a su director, Rodrigo Cortés, rodar su siguiente película con De Niro. Aun así, se sigue hablando de unos amiguetes que se reparten los premios. Yo veo cuatro películas muy distintas entre sí, en cuanto a estilos, objetivos, recorrido... que han sido muy valoradas fuera de nuestras fronteras. También tenemos nominado a Javier Bardem, quien también opta al Oscar (una vez más), pero ¿qué diremos? ¿Algo sobre su empeño en mantener en privado a su familia?

En todo caso, los premios, premios son, y tanto estos como los Oscar, como cualquier otros premios nacionales de cine tienen como objetivo promocionar la industria. No serán la mejor garantía de calidad ni estarán todas las que tienen que estar. De esto mismo son muy conscientes los propios nominados, hablan de ello en esta interesante entrevista de El Pais. Lo que queda es el show, una fiesta para recordar que tenemos buenos talentos en nuestras filas, y el año pasado, Alex de la Iglesia consiguió un show impecable (claramente superior a la edición de los Oscars de ese año, por cierto, que fue francamente aburrida), con sorpresas emotivas, con discursos sinceros, con un ritmo envidiable, sentido del humor y sobre todo un concepto de la teatralidad inmejorable. Supo copiar y adaptar bien el modelo americano. Este año repite con Buenafuente, uno de nuestros mejores presentadores, y nada menos que en el teatro real. Seguramente han buscado el más difícil todavía y será un buen show.

Pero bueno al fin y al cabo ¿qué son? Bah... los Goya. Pero nos pasa con todo, ridiculizamos la cocina de Ferrán Adriá, el mejor cocinero del mundo, hasta hace bien poquito nos reíamos de nuestro fútbol... Pues señores, basta ya de complejos, tenemos gente con talento, fuera de España ya se han enterado hace tiempo.




Google+

comments powered by Disqus





Últimos artículos
Desarrollado por Dinamo Webs
Creative Commons
Publicado bajo licencia
de Creative Commons