Fotos de Irene Mariscal.
Carlos Vermut ha gustado en general con su segunda película, Magical Girl, que se presenta como una de las películas con más posibilidades de la sección oficial. Antes de esta, el director había rodado con un presupuesto mínimo (25.000€) su alabada ópera prima Diamond Flash, con la que según él mismo ha comentado en la rueda de prensa, quería equivocarse. Ahora ya hay más presupuesto y se lo ha tomado de otra manera.
La película nace con la idea de mostrar "un momento y lugar
determinados" explica el director. "El momento es ahora y el lugar es España.
Todo surge de algo que podemos reconocer, sin calles oscuras ni vapor saliendo
de las alcantarillas". José Sacristán añade que "el planteamiento necesariamente tiene que ser reconocible". El actor
dice celebrar la confianza de los directores jóvenes. Precisamente Sacristán, y
en concreto su voz para iniciar en negro la película. Se le ocurrió viendo La guerra de los mundos (2005) en la que
Sacristán dobla a Morgan Freeman en el prólogo. También tenía claro que quería
trabajar con Luis Bermejo desde que lo vio en El señor.
Vermut habla de su concepción del cine. "Siempre que dudo
entre mostrar y no mostrar, decido no mostrar. Me gusta confiar en el
espectador". Esto lo dice a cuento de algunas escenas de la película en la que
no se muestra lo que se supone que es una violencia extrema. Tiene algunos
referentes claros, como algunos directores españoles cuya simbología ha ido
comprendiendo según se hacía mayor. Buñuel, Saura... "Almodóvar es un maestro".
En cuanto a las referencias es claro: "no me gusta taparlo, hay que celebrar el
homenaje, el amor al cine".
Le gusta poner al espectador "riéndose de cosas abominables".
No está seguro la razón por la que busca esto: "No lo intelectualizo. Lo hago
porque parece emocionante". Le gusta combinar lo trágico con lo cómico. "La
realidad no distingue de géneros". Y es la realidad lo que más le interesa, "espero
no perder la conexión con la realidad".
El cartel, que es bastante curioso, lo ha diseñado él mismo,
aprovechando su formación de ilustrador. La joven actriz, Lucía Pollán, habla un poco de su experiencia y dice que ha habido
escenas más difíciles que otras. En concreto, entre las más difíciles, señala
aquella en la que fuma.