John Malkovich aparece en San Sebastián como único representante de Quemar después de leer, la nueva película de los hermanos Coen, esa pareja a la que gran parte de la prensa especializada insiste en rebautizar como hermanos Cohen. El veterano Malkovich llega a la sala de prensa sin complejos, o lo que viene a ser lo mismo: con una estrafalaria americana en tonos verdes, morados, amarillos y rojos. A su derecha un refresco de naranja; a la izquierda, la jarra de agua de rigor.
Las primeras preguntas atañen, lógicamente, a los pormenores de su entrada en el universo Coen, algo que le he dejado encantado. Siempre me han gustado mucho sus películas. Así pues, se muestra encantando a pesar de que reconoce que Quemar después de leer es una película sobre un grupo de cretinos.
Ahondando en el mensaje global del film de los Coen, Malkovich apunta también al peligro de lo que alguien puede llegar a hacer por perseguir los sueños propios. Es un peligro o incluso podríamos decir que una amenaza.
¿Es una película política? Se toma 5 o 6 segundos para pensar. Finalmente, no sé qué quiere decir eso.
Niega ser exigente con los directores con los que trabaja, a pesar de ser ya un actor veterano e incluso de haber probado él mismo a dirigir (Pasos de baile, presentada precisamente en Donosti hace ya unos años). Les tengo simpatía, porque sé que dirigir una película conlleva mucha presión, así que espero no ser un actor exigente.
Clooney y Pitt
Sobre ese grupo de glamour y carcajadas que forman Brad Pitt y George Clooney, Malkovich no disimuló una sonrisa. ¿Es verdad que bromean constantemente?, le preguntan. No, cuando yo estaba delante no lo hacían, ¡no me dejan escuchar sus chistes! Se pone serio enseguida y reconoce que no coincidió rodando con los dos a la vez. Eso sí, no niega que fue un rodaje divertido.
Preguntado por diversas cuestiones sobre la vida, mensajes y verdades, acaba por esbozar una media sonrisa y zanjar el tema. Afortunadamente para usted, nunca doy consejos.
Alguien le recuerda títulos anteriores de su filmografía, en este caso Cómo ser John Malkovich. Cuenta que descubrió el guión en un viaje de avión, y que su agente se lo mandó sin querer contarle nada antes. Tras ver el título en la primera página, tan sólo pensó en que podría ser una broma... porque John Malkovich no es realmente un tema que me interese. Pero leyó apenas 40 páginas y llamó a su agente: Es increíble, tan original, graciosísimo.
Entre sonrisas, recuerda que al guionista, Charlie Kauffman, intentaron convencerle para que reescribiera el guión con otro actor, y con la promesa de que le producirían la película. Pero Kauffman se mantuvo en su idea y se negó a cambiar ni una palabra.
También recuerda Pasos de baile, en la que dirigió a Javier Bardem. Javier era bastante más joven, y no hablaba inglés. En principio iba a interpretar el personaje que finalmente fue para Juan Diego Botto, pero Bardem se empeñó en hacer el personaje protagonista y fue para él: No tuve que pensar en ello demasiado. Tiene mucho talento.
Una compañera de la prensa portuguesa se declara fan de Malkovich y le califica como uno de los mejores actores del mundo. Él lo agradece con una amplia sonrisa, antes de recibir la inevitable pregunta sobre los próximos comicios electorales en su país. Lo deja claro: No tengo nada que decir. Hay unas elecciones y la gente vota. Al que le eligen, le eligen, y lo que pasa, pasa.
Si uno de los candidatos necesita más consejos, no debería ser candidato. No me gusta hablar de política, porque no es mi trabajo.
Un outsider de Hollywood
Preguntado por su carácter de outsider de la industria, a veces dentro de proyectos de Hollywood, a veces fuera, en películas más modestas, asegura que no se siente más outsider en Hollywood de lo que se puede considerar o sentir en cualquier otra parte del mundo.
Lo que sí le gustaría es dirigir más películas Dirijo mucho en teatro, pero en teatro con una llamada de teléfono solucionas lo que quieres hacer en cualquier ciudad del mundo. Con Pasos de baile, en cambio, tardó ocho años para poder convencer a la gente y realizar la película. Es mucho tiempo, y no sé si quiero perder todo ese tiempo.
Entre sus próximos proyectos figura una película sobre Sacher-Masoch. Se le pregunta si hay opciones de que se ruede en Galicia, tierras en las que, según afirma el periodista, vivió Masoch durante parte de sus años infantes. Pero Malkovich le deja con las ganas. Yo no tomo esa clase de decisiones, porque no es una película mía. El director es Raoul Ruiz, con quien ya trabajó en Klimt.
Casi hacia el final surge un tema interesante: su chaqueta. Un periodista se muestra sorprendido por ella ("no digo que no me guste") y manifiesta su interés por conocer la identidad del diseñador. La respuesta por parte del actor es corta: Yo.