Michael Mann es un tipo que sabe filmar en vídeo, HD, como pocos. Y sabe moverse como nadie en escenas tensas, duras, violentas, entre gangsters y policías: tiroteos y demás. Es la escuela Corrupción en Miami, quizá, con grandísimos ejemplos a lo largo de su filmografía como la salida del atraco al banco en Heat, uno de los intercambios de balazos más memorables de la historia del Cine.
Sin embargo, si recuerdo una escena de acción y violencia por encima del resto en la carrera de Mann es la del club Fever, en Collateral. Por el ambiente, por la multitud, por esa luz azul, eléctrica, por la música, por el firme gesto de determinación en el rostro de un Tom Cruise sorprendente, por cómo suena cada disparo, cada golpe, cada hueso roto. Una virguería, señores.
¡Aviso! Como siempre, ni que decir tiene que aquellos que no hayais visto la película no debéis ver la escena.