Con el gusto por agradar y dar una vuelta de tuerca a su público, de países donde la tradición cinematográfica pareciera estar más cerca del típico film lento y pesado de paisajes, la película ¿Y ahora a dónde vamos? es sencillamente una bocanada de aire fresco interno y externo en cuanto a nacionalidades se refiere.
Moralista desde la comedia, tremendista desde la realidad vivida, la directora Nadine Labaki (Caramel), vuelve a ser dinámica y divertida, sutil y valiente, buscando una opción entretenida de sus aventuras filosóficas conformando mensajes positivos y aclaradores.
Segunda de sus películas que sin llegar al nivel de Caramel, sí que demuestra que la actriz y directora posee las energías y ganas para liderar un cine personal. A la espera de nuevas directrices que remarcar en su cine, siempre me tendrá dispuesto a acercarme a sus propuestas internacionales pero de corte cultural definido y clarividente para con el espectador europeo, asiático o americano.
Si el cine tiene un espíritu evangelizador en ocasiones, este es uno de esos casos, donde todos podemos absorber los matices culturales y espirituales de personajes que pueden resultarnos lejanos pero que a través del humor resuenan cercanos. Sin olvidarme del cine más espeso que también me gusta de tierras lejanas en ese oriente próximo, no puedo dejar de lado esta oferta más grácil, con guiños universales a un público más general sin prescindir de su personalidad.