Los hombres que no amaban a las mujeres, la novela del tal Larsson, vuelve a ser comentario y esperanza general del mundo del cine. Si la primera película de nacionalidad sueca, dirigida por Niers Arden Oprev, consiguió igual de personas en las butacas como relanzar las ventas de la novela, no era difícil escuchar aquello de léete primero el libro, esta segunda entrega en forma de remake ultrarápido estadounidense nutre a aquellos que se quedaron con ganas de más en la entrega europea.
Comparto la postcrítica de Obi-Wan entorno a la falta de alma de la primera entrega. Tratándose de un libro tan comercial, con momentos en su literatura tan comerciales y colocados a posta, por qué no aprovechar esta segunda intentona del tío dollar, más capaz en cuanto a producción se refiere, para lograr ese punto de satisfacción de los que hemos leído las páginas de una historia cañón para el celuloide, pero con los momentos álgidos más exagerados y profundizados.
Es por tanto una película capricho, que les digo yo, una de esas películas que tienen su propia historia personal por su trayectoria social bestsellerniana, y que aunque no posea un juego cinematográfico reconocido, sí que posee un poder de atracción y expectativo alto. Es como si su comercialidad estuviera algo más justificada y fundamentada.
Fincher sabrá sacar lo mejor del gesto, lo mejor del momento de acción, lo mejor del personaje con personaje y el misterio de una narración que conocemos pero que algunos tenemos esperanza, no vuelva a ser mancillada. Espero que ahora tremendos detalles de la niña descubrió que o aquellos dos hicieron juntos esto otro sean más veraces que en la primera película, donde por otra parte no era especialmente necesario que se distorsionaran algunos elementos a no ser que la duración del film les diera un miedo atroz. Esta es una película que se lo puede permitir.
Para colmo, un juego que no me atrevo a poner en valor, el de Daniel Craig y Rooney Mara. Por un lado, el potente círculo sexual que se respira entre ellos es evidente, pero por otro, el fuego que ha de crecer poco a poco ya estará sobre explotado enseguida. La parte floja probablemente sea la elección de él. El periodista de chocolatinas en el vientre puede que sea el factor menos creíble de una película. Factor este que en el primer film tampoco es que fuera mejorado, ni tanto ni tan calvo. Un personaje como Kalle, conquistador y sexualmente muy activo no puede permitirse barriguita dejada en un cine tan peliagudo con este tema.
No es grato para mí, pero es posible que segundas partes sean buenas en este caso. Espero, deseo…y habrá más…o es que se nos ha olvidado que hay otros dos tochazos de libros por mejorar en pantalla…