Por qué 'El Imperio Contraataca' es la mejor película de 'Star Wars'


14 de Junio de 2013
por David RL

SW V

Ha quedado claro que soy de los que prefiere El imperio contraataca, sí. Titular diáfano. Así que sin zarandajas, amigos. Vamos directos al grano. El imperio contraataca es la mejor de todas las películas de la saga Star Wars porque...

Magnifica la mitología de la saga
El Emperador sitúa el punto de mira en Luke. Sí, también quiere aplastar a los rebeldes, las hormiguitas guerreras de la galaxia. Pero aquí queda claro que, ante todo, buscan a cierto destacamento rebelde únicamente como cebo para atraer a Skywalker: su principal y casi único interés. Y, por supuesto, Vader así se lo hace saber al Emperador: nos sería más útil vivo, nos sería más útil si se pone de nuestro lado.  El Emperador asiente... pero su miedo está ahí, asoma tras la capucha, es visible, casi palpable en la pantalla; y Vader se lo confirma poco después al propio Luke: te teme, ¡sabe que eres el único que puede derrotarlo!

Si el Episodio IV sentó las bases del universo Star Wars, El imperio contraataca hace sólidos los cimientos más importantes: la mítica y mística de la saga.

Tiene dos incorporaciones estelares
En esta segunda película de la saga cobran protagonismo dos factores importantísimos:

SW V

1. A la llegada de Luke al planeta Dagobah, aparece un piojo verde con orejas conejiles, tocapelotas y de risa cojonera, y que se dedica inmediatamente a marear al rubito aprendiz de yedi y a husmearle en los pocos víveres que le quedan. Aparición estelar para Yoda, un personaje que pronto se descubre como el celebérrimo maestro cascarrabias, ya para el resto de las películas de la serie. Un gran personaje, pero con una primera aparición aún mejor ("¿un gran guerrero, dices? La guerra no le hace a uno grande...").

2. La Marcha Imperial de John Williams, por supuesto, uno de los más contundentes y brillantes 'leit motivs' de la Historia del Cine y que, curiosamente, se incorpora aquí a la saga. No antes. No en la anterior película (cuarta y primera, al mismo tiempo). No, aquí. Suena a todo trapo ya desde la primerísima secuencia, con la aparición de las tropas imperiales a las que de aquí en adelante identificará musicalmente película a película. Es un motivo asociado para siempre por todo espectador a la imagen de Darth Vader pero, lo sentimos mucho, es en El imperio contraataca donde la escuchamos por primera vez así que, sí, otro mérito para ella.

Presenta al nuevo Luke
Skywalker ya no es el imberbe rubito californiano con cara de skater que Lucas eligió para la primera película. Claro, encontrarse con que Mark Hamill era ahora otro Mark Hamill, dicen, le obligó a cambiar de planes, a nivel argumental. Es cruel, pero en cierto modo como espectadores lo agradecemos por todo lo que ese nuevo camino argumental supuso luego para la saga... e incluso, bien mirado, ¿no os parece que a este nuevo Luke se le adivinaba más fuerza y presencia -más hombre, menos niño- a la hora de plantarse ante el obtuso y poderoso Vader? Perdonadme la crueldad.

C3PO recibe su merecido
Ver a C3PO descojonado, una maraña de cables, brillos, tuercas y demás piezas sueltas, tiene su gracia. Después de aguantar al cachibache más pesado y pedante de la galaxia casi minuto a minuto en la película anterior, su despiece es un pequeño placer sádico. De todos modos, todo sea dicho: no es la única vez en la saga que el robot dorado acaba algo más que castigado...

Nos regala un escenón de acción a partir de un gag reutilizado
Lawrence Kasdan y Leigh Brackett, guionistas del espectáculo, no tienen vergüenza en reincidir en el gag de la hipervelocidad: cuando más se la necesita, ¡no funciona! Y no, no funciona a la primera, tampoco a la segunda... pero es que ni a la tercera ni a la cuarta. Y tan ricamente: si se reincide, mejor que sea con toda la desfachatez del mundo, sin medias hostias. No sólo es un acierto, si no que da para variantes, además. En su segunda aparición, el gag da lugar a una gran escena de acción: a Han Solo no le queda otra que sortear obstáculos a toda velocidad a través de un pobladísimo campo de meteóritos mientras sus perseguidores van cayendo, uno a uno. Porque nadie tiene la maña de nuestro Han, ¡ea!

Va directa al grano: Gran inicio en Hoth
El arranque en el sistema Hoth, en plena tormenta de nieve, con las tropas imperiales descubriendo el emplazamiento de los rebeldes, no se anda con chorradas: directos a la acción. Eso sí, aquí tengo que reconocer que el comienzo de El retorno del Jedi en los dominios de Jabba el Hutt es un empate técnico.

SW V



Tiene las dos mejores escenas de la saga
Argumento que desequilibra definitivamente la balanza, por si hubiera dudas.

1) Pues sí, la escena-mito está aquí: "Yo soy tu padre". Ya se lo dice Vader a Luke, "examina tus sentimientos", y éste lo hace y no puede negar la verdad, en el que es uno de los 'twist endings' más celebérrimos de la historia. Quizá el que más, hay que reconocerlo. Con una sola frase, solamente una, Kasdan y Brackett garantizaron a El retorno del Jedi una recaudación brutal.

SW V2) Mi momento preferido de la saga, un instante mágico: Han Solo condenado a la congelación en carbono por Vader, que solamente lo hace, en realidad, como prueba para repetir operación posteriormente con Luke. John Williams adorna la secuencia con el tema de amor entre Han y Leia, primero, y la remata fusonándolo después con la Marcha Imperial. La despedida entre Solo y la princesa ha pasado a la historia ("Te quiero"; "lo sé") y su cruce de miradas mientras él desciende lentamente hacia el congelador es pura magia. Historia del Cine, en letras mayúsculas. La estampa congelada de Harrison Ford es todo un icono.



Por mi parte, y asumiendo el gran espectáculo que ofrece la trilogía completa, encuentro argumentos de sobra para decantarme por el Episodio V. ¿Y vosotros, con cuál os quedáis?




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Tags: Star wars, El imperio contraataca, George Lucas



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