Esta noche, para muchos, el duelo que se va a dilucidar tiene como únicos invitados a En tierra hostil y Avatar.Yo ya os he adelantado que esta noche vamos a asistir a una gran sorpresa: la victoria de Malditos bastardos. Los Weinstein lo van a volver a hacer, como con Shakespere in love.
Pero, ¿en qué me baso?
1) El premio al mejor reparto del gremio de directores. Desde que el citado premio se creara, en 2003, la película galardonada con el premio a mejor reparto acaba convirtiéndose en la mejor película en los Óscars. Ha habido dos años en los que la máxima no se ha cumplido.
¿La razón? Es muy sencilla. El gremio más mayotitario en la Academia es el formado por los actores. Con Avatar se da la circunstancia de que es una película en la que los actores no están muy presentes. Es lo que determina que las posibilidades de la gran superproducción de Cameron se vengan abajo.
2) La mala publicidad que en los últimos días ha afectado a En tierra hostil, aireado el mal comportamiento de uno de sus productores, a quien beneficia no es en ningún caso a Avatar, sino a la tercera en discordia, de aquella de la que nadie habla. Los Weinstein ya consiguieron esta misma estrategia.
3) El voto judío. Todo el mundo sabe de lo que va Malditos bastardos. Se trata de un revisionismo en clave de venganza que ha entrado muy bien en la taquilla. Si Un tipo serio es capaz de colarse entre las diez mejores películas, ¿vosotros qué creéis que preferirán: darle el premio a la enésima película que trata el tema de Iraq, un tema que se ha vuelto políticamente no correcto, o premiar una película que da un destino a Hitler mucho más cercano a lo deseado por ellos mismos?
4) Taquilla. Se trata de una solución intermedia entre el megataquillazo de Avatar y el minimalismo de En tierra hostil. La película, con un presupuesto aproximado de 70 millones de dólares, se ha hecho con 313 millones en todo el mundo y, más concretamente en EEUU, con 120.
He aquí los motivos por los que ganará Malditos bastardos. Os invito a pasar en vela una de las noches más apasionantes de Óscars que se recuerdan.