¡La Mostra está en pleno apogeo! La actividad es frenética en el Lido y las presentaciones ante la prensa, las proyecciones para el resto de acreditados y para el público se suceden sin cesar y provocan un flujo de gente insólito durante el resto del año en este rincón del mundo [sirvan de ejemplo las riadas de cazaautógrafos que esperan como depredadores frente al hotel Excelsior, en la foto].
A la propuesta, sólida aunque convencional, del comprometido George Clooney, ha seguido uno de los Polanski más cómicos y ágiles de la Historia en Carnage. Sin embargo, al parecer, es A Dangerous Method, de David Cronenberg, presentada esta mañana, la que por el momento acapara el favoritismo de la prensa acreditada.
Los grandes nombres en estos primeros días no acaban ahí: Madonna presentó ayer su segundo largometraje como directora y el público cinéfilo, celoso de esa pureza que anoche defendió "a puñetazos" Amir Naderi en Cut, no concedió ninguna tregua y fue a degüello contra la estrella del pop. Se veía venir.
En la sección Venice Days, han sido moderadamente positivas las reacciones tras Love and Bruises, dirigida por Lou Ye [en la foto de la izquierda] y protagonizada por Tahar Rahim, y excelentes las de Twilight Portrait, de la outsider rusa Angelina Nikonova. Algunos periodistas lamentan que esta cinta no haya sido seleccionada para la carrera por el León de oro.
Me detengo brevemente en dos películas que he tenido la oportunidad de ver en mitad del torbellino cinematográfico que inunda Venecia estas dos semanas. La primera es Cut, película de Amir Naderi que abrió anoche la sección Orizzonti con una metáfora directa al mentón y al estómago. Al margen de su deficiente apartado técnico, la obra del cineasta iraní, rodada en japonés, se apoya casi completamente en una alegoría sobre la industria cinematográfica actual, hundida ante los dictados del capital; la alegoría, desgraciadamente, peca de grandilocuencia y exceso de énfasis y de duración. Los aplausos en la preciosa Sala Perla al cabo de la proyección [en la foto derecha] fueron tímidos; pero no cabe duda de que, con esta historia de un cinéfilo dispuesto a redimir la suerte del séptimo arte a base de hacer de saco de boxeo, los chicos de Orizzonti han querido apostar fuerte desde el primer momento.
La otra cinta de la que quiero hablar es la película de apertura de la Mostra: The Ides Of March, de George Clooney, una producción que acumula muchos de los convencionalismos y los giros manidos del cine hollywoodiense de intriga política y los combina, sin embargo, con el estilo clásico marca de la casa, que permite al espectador medio disfrutar de una historia bien narrada, de unas interpretaciones notables (solo me genera dudas Ryan Gosling) y de un retrato ―otro más― de la realidad política occidental, que no es sino el reflejo de la mentalidad de los artistas involucrados en política como el propio Clooney. The Ides Of March tiene opciones de convertirse en una de las bazas de Hollywood de cara a la próxima temporada de premios, pero carece de la fuerza, el compromiso y el talento de los directores del género de los años ochenta.
¡Seguiremos informando!