El cine tiene que aclarar su postura, y no sé si internacionalizarla o simplemente ponerla en común en la red de festivales de todo el mundo, pero esta pelea de sanciones para con directores de festivales, películas o directores no es bueno en absoluto. Soluciones a medias, como la tomada con Lars Von Trier, sólo dejan una sombra de duda sobre la verdadera intención. ¿Se trata de sancionarle de cara a la opinión pública y así no recibir negativas hacia la instituciñon o realmente se quiere llegar a algo más y dar buena cuenta de actitudes poco plausibles para el buen ejemplo de niños y jóvenes? Persona non grata, pero su obra sigue en pie y gana, curioso, y…¿si en lugar de hablar sobre los nazis con esas frases tan poco afortunadas como “la verdad es que entiendo a Hitler” en pleno festival lo hubiera hecho en fechas muy anteriores? ¿El problema es que utilice el festival como trampolín o directamente sus ideas? Si su persona no es grata, su cine tampoco…¿qué hacemos con Polanski tras lo sucedido en Estados Unidos?...tampoco es grato pero como mantiene la boca callada entonces no pasa nada ¿o qué?
Mientras Ángel Sala, director del Festival de Sitges, tiene que defenderse por programar A serbian film, otros como Nacho Vigalondo son expulsados de periódicos por hacer bromas de mal gusto sobre el holocausto... El cine se está politizando o es que la opinión pública no quiere que el cine sea un escaparte de las opiniones de sus profesionales. El no a la guerra en los Goya, por ejemplo, resultó ser algo muy incómodo, pero existió, y así con muchas otras manifestaciones que se dan del mundo de los cineastas en todo el mundo. Esto es muy parejo al respeto que se pedía con las imágenes de humor de Mahoma, creo recordar, en cierto periódico danés. ¿Dónde está el límite? Sancionan las instituciones, los jueces, la doble moral o directamente las agrupaciones agraviadas por un comentario u otro?
Yo lo que sí veo es indefinición. Si el Festival de Cannes quiere ser un adalid de las buenas posturas que sancione al director y a su participación que engloba su película. Y esto a régimen interno, pero que también sea peliagudo en la aceptación de muchos otros directores con ideas políticas más horrendas que las del aprovechado y grosero de Lars. Para juzgar si es ofensivo o no para algunas agrupaciones ya existen los juzgados que seguro que sancionarán adecuadamente al que se presente fuera de la ley establecida en cuestiones similares, pero la ley de la doble moral, la ley de la calle de lo políticamente correcto no puede influir de la manera que lo está haciendo corrompiendo a causa de los intereses económicos de las organizaciones varias del mundo del cine, véase Festival de Cannes, periódico tal o revista de cine cual.
Si la pregunta es si yo hubiera permitido las declaraciones de Lars Von Trier… la respuesta sería descalificación inmediata, pero de su película y su persona, para que las disculpas matizadas que emite sean ciertas y la próxima vez que vuelva a competir tenga más decoro y cabeza a la hora de bromear con cuestiones que son soberanas y adolecen a muchas personas que han sufrido, para que no pueda aprovechar la imagen del festival para lucrarse en fama como ha sido claramente la intención. Al menos que se sepa que quien tiene libertad para emitir juicios de ese tipo también la tiene para ser rechazado en toda regla. Pero esto claro, siempre y todo, en las reglas internas de mi festival esté así estipulado. Inventar ahora sanciones, querer echar la culpa a alguien para ver cómo está el semáforo social con películas sobre violaciones a menores, o excluir a bromistas provocadores del panorama de opinión bloguera nacional sería como eliminar todas esas películas que usan los desastres humanos o no humanos de la misma índole en clave de humor.
Los cineastas tienen que seguir siendo libres y opinar lo que quieran o cómo quieran y todos debemos adoptar sus obras con la necesidad de su mérito. Cuánto arte no hay a lo largo de los siglos que nos preceden, de valiosa valía y autores detestables. Una cosa no se debe confundir con otra, pero decidamos ya cual es la sanción, las reglas de cada festival, de cada concurso, certamen o premio, porque a salto de mata nunca se suelen oficializar buenas medidas. El caso en particular de hoy es un caso de prensa, una vez más, que traslada y hace que el ciudadano medio se ofenda y como el ciudadano nos puede eliminar de su agenda nosotros como Cannes nos revolvemos para con el listillo y santas pascuas pero dándole un buen premio a su film. Parece algo interesado. Sería más justo pensar en te sanciono por lo que has dicho aunque a la gente le haya parecido gracioso. Porque si la gente hubiera tomado la broma de Vigalondo como fue, una broma de un provocador nato, nada habría pasado y al periódico le habría dado igual, porque si Cannes supiera la cantidad de gente que simpatiza con las frasecitas de Von Trier igual se pensaba mejor lo de declararlo non grato, pero esos no salen en prensa aunque sean una realidad, como los violadores de niños de A serbian film.
Demagogia y poca seriedad con una pizca de interés económico, eso es lo que veo. Y Cannes no lo ha hecho bien, el cine no lo está haciendo bien, o más concretamente, los dueños del cine, los que manejan el cotarro no lo están haciendo bien con este tipo de cuestiones, porque el espectador es mucho más inteligente de lo que piensan y con la excusa de defendernos marcan el camino de su conveniencia. Los verdaderos seguidores del cine supieron enseguida que Lars era de nuevo un bribón, que Vigalondo era el jetas de siempre y que A serbien film era una película y sólo eso, pero los magnates parece que saben mejor que nosotros lo que debemos o no sancionar.