Al fin pasó la gran noche de los Óscar con un resultado, como viene siendo habitual en las últimas ediciones, que termina por no sorprender a nadie. Yo apostaba por una gran campanada final con Malditos bastardos, que no ha cristalizado en ningún momento, ya que las posibilidades del film de Tarantino pasaban por triunfar en mejor guión original, y a las primeras de cambio en la gala se lo arrebató En tierra hostil.
La gala.
El suspenso es la nota que se merece una gala que se preocupó de ser minimalista, para así dejar más sitio a las pausas publicitarias, demasiadas y que terminaban por romper el ritmo que se quería imprimir al evento. Mucha gente joven, Zac Efron, los de Luna Nueva, Hannah Montana, Carey Mulligan, y algún que otro veterano como un Tom Hanks que tardó casi quince segundos es desvelar el nombre de la película triunfadora, sin apenas suspense.
Alec Baldwin y Steve Martin estuvieron más bien discretos. Unos buenos chistes iniciales que no encontraron continuidad, buenas ideas, pero sin terminar de enganchar, como el gag de Paranormal activity. Una gala al servicio del público más joven que, sinceramente, ha sido peor que la de los Goya de este año. Sólo se salvala intervención de Ben Stiller.
Después nos hemos encontrado con sinsentidos como que no se interpretasen las canciones nominadas al Óscar, pero que en cambio las partituras nominadas tuviesen un pesado número musical. O la diferenciación de las categorías de mejores actores, con unas introducciones larguísimas y que ha puesto de manifiesto, en el conjunto, una apuesta desde la Academia de Hollywood por los actores, lo que debería dar qué pensar a la vista del resultado de Avatar. ¿Sería alguna indirecta?
El día de la mujer trabajadora.
¡Qué mejor hecho para celebrar el día de la mujer trabajadora que el óscar a la mejor dirección para Kathryn Bigelow! Me alegro por ella, siempre me ha parecido una cineasta interante, con títulos como El peso del agua, Días extraños o Le llaman Bodhi. Lo que me da pena es que han terminando rompiendo el tabú con la mujer directora que quizá haga un cine más masculino. Aún queda mucho camino por recorrer.
En tierra hostil, la gran triunfadora.
Con seis Óscars ha sido la gran triunfadora: película, dirección, guión original, sonido, edición de sonido y montaje. Sinceramente, me sorprende mucho que ésta sea la película triunfadora. Más que sorprender, no lo entiendo.
Se trata de una película rescatada que ya pasó por Venecia en 2008 y que apenas tuvo reconocimiento. Trata el tema de Iraq desde una perspectiva bastante neutra. Es una producción pequeña, pero que no ha conseguido resultados espectaculares en taquilla. No tenía detrás ni grandes estrellas, ni el lobby de otras películas como Malditos bastardos o Precious, con una Oprah desatada; ni el apoyo del Tío Dollar de Avatar, aunque entiendo que ha podido primar en Avatar un voto de castigo por parte del gremio de actores.
Slumdog Millionaire se podía entender en términos de marketing por la India y el pelotazo de taquilla que fue; No es país para viejos era una obra Coen, adaptando un texto de Cormac McCarthy; Crash trataba un tema agradable al voto en un año desgradable (Buenas noches, buena suerte y Brokeback Mountain), ¿pero En tierra hostil?
Me da mucha pena por Up, la que sin duda me parecía la mejor de las diez.
ACTORES: ajustando cuentas.
Los dos premios gordos de interpretación han querido saldar cuentas pendientes. Jeff Bridges es uno de los mejores actores de su generación, con cuatro nominaciones a sus espaldas y ningún Óscar. Un tipo que se ha dedicado en cuerpo y alma a su profesión, y que no ha cometido los errores de, por ejemplo, Mickey Rourke. A veces la Academia es agradecida.
Lo de Sandra Bullock, hasta que no vea la película no me lo creeré. Pobre Meryl Streep, ahora hasta le toca la inquina de perder ante Sandra Bullock, lo más parecido que hay a una novia de América, una mujer que ha dado muchísimo dinero a la industria y que recibe su compensación.
Por lo que se refiere a los secundarios. Últimamente nos estamos acostumbrando a ver reconocimientos a papeles muy concretos que terminan por lastrar la carrera del actor. Mo'nique recuerda al Óscar de Jennifer Hudson, ¿se volvió a oír hablar de ella?
Lo de Christoph Waltz era de justicia, habrá que ver sus siguientes pasos.
Precious.
Estuvo a punto de dar la sorpresa. Su victoria en guión adaptado, castigando a Up in the air, una película de las perdedoras, que tampoco se merecía demasiado a mi juicio, junto con el óscar cantado de Mo'nique auguraban que el lobby de Oprah podía llegar muy lejos. No fue así y se va con dos estatuillas y algunos de los discursos más emotivos de la Gala.
Un pequeño triunfo para España.
Se consumó lo que se sabía de Penélope Cruz. Bastante era que estuviese nominada. Lució como sabe en la alfombra roja y nos volvió a regalar, en la entrega del secundario, ese inglés macarrónico que tiene y que avergüenza escuchar y que le está llevando al ghetto interpretativo en el que vive.
La dama y la muerte tampoco pudo conseguir el éxito.
Y fue, de manera sorpresiva, El secreto de sus ojos. He de reconocer que me podía La cinta blanca, me parece espectacular, pero El secreto de sus ojos es un peliculón, y es un premio merecido. Curiosa su amplia derrota en los Goya, con un Campanella que prefirió volcarse en la promoción en USA. Le ha salido bien la jugada. ¿Os acordáis que se fue de vacío del palmarés del Zinemaldi? En fin...
Otro año más de glamour, falso suspense y quinielas. Ya queda menos para la siguiente edición.