Cannes declara a Von Trier "persona non grata"

ACTUALIZACIÓN: Horas después de tener que escribir estas líneas para contar la última gran liada de Von Trier, esta vez muy por encima de la media habitual, incluso para él, la organización del Festival de Cannes acaba de anunciar que condena las declaraciones del director danés y, sobre todo, que le declara persona non grata en el certamen.

Así que uno de los niños mimados del festival galo ya no podrá volver a pisar la Croisette, never more. Lo curioso, como casi siempre, son las medias tintas: Puestos a expulsar y censurar, los responsables del certamen no se han atrevido a ir hasta el final, y han reconocido que la película de Von Trier, Melancholia, sí sigue a concurso. ¿En qué quedamos, entonces? ¿Expulsado o no?

Sea como fuere, parece que las fuertes presiones de diferentes entidades, especialmente del Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia, han obligado a Cannes a tomar finalmente esta medida, que se venía rumoreando en las últimas horas. Demasiada presión.

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(Artículo original:) Efectivamente, Lars Von Trier es un auténtico especialista en hacer ruido para que sus sucesivas visitas a Cannes, estrenando el nuevo film de turno, sean portada aquí y allá. Lo sabe hacer pero de un tiempo a esta parte se estaba pasando con la estrategia y ya se acababa por hablar más de sus rajadas que, realmente, de la película. Vaya, que venía perdiendo algo de eficacia.

Quizá por eso, en lugar de afinar la estrategia, ha pensado que multiplicar el eco de sus ruedas de prensa con una burrada mayor podía servirle para recuperar la atención difusa, enfocarla, hacerla más eficaz para sus intereses. Error. Esta vez, Von Trier se ha pasado. Desde luego se habla de él en todas partes, pero de ésta se ha ganado enemigos serios (no enfurruñados pasajeros, como en otros casos) y, lo peor, su nueva película, Melancholia, ya no importa. Nadie habla de ella, apenas.

Sí se habla de su surrealista rajada pronazi, que, para no entrar en equívocos, traducciones aproximadas ni errores involuntarios, reproducimos tal cual, en inglés:

"For a long time I thought I was a Jew and I was happy to be a Jew, then I  met Susanne Bier [directora danesa judía] and I wasn’t so happy. But then I found out I was actually a Nazi. My family were German. And that also gave me some pleasure. What can I say? I understand Hitler…I sympathize with him a bit.

I don’t mean I’m in favor of World War II and I’m not against Jews, not even Susanne Bier. In fact I’m very much in favor of them. All Jews. Well, Israel is a pain in the ass but…"

Para terminar el speech, ya crecido: Now how can I get out of this sentence? Ok. I’m a Nazi.

No hacen falta más palabras. Lars, esta vez no te has meado en todo, como aseguraban los chanantes en su célebre parodia televisiva. No, esta vez te has meado a ti mismo.