Zinemaldia > Babel > Rueda de prensa
Entre tímido y amable, pero seguro de sí mismo se presenta el mejicano Alejandro González Iñárritu, director de “Babel”, en la rueda de prensa. Nos explica que su película principalmente habla de la compasión, del dolor, de sentimientos, como él dice es una película “muy terrestre, muy primitiva”. Una película que habla de la familia, donde según él están incluidos todos los temas dramáticos, y que hace especial hincapié en la compasión.
Esta película, como las anteriores (“Amores Perros”, “21 Gramos”), se completa por varias historias, aunque, dice, está contada de una manera mucho más lineal, y contándolas de manera independiente. Hasta tal punto que los actores de las diferentes historias se encontraron por primera vez en el festival de Cannes. La constante en su cine, Iñárritu la sitúa en las historias íntimas.
Según él, la película esencialmente no habla de política, no es su tema principal, pero también está presente. Comenta la paranoia posterior al 11S. Las fronteras se están convirtiendo en un ritual de humillación, nos dice. Siguiendo con la política se le ha preguntado por la actual situación de Méjico después de las elecciones. Él confiesa que comparte los ideales con López Obrador, pero considera que los métodos no son los adecuados, “una izquierda que divide no puede dar buenos resultados”.
En cuanto a los actores, asegura que es un privilegio contar con Brad Pitt, Gael García Bernal o Cate Blanchet. Sobre el primero explica que quería hacerlo aparecer como una persona normal, naturalmente no el mismo que protagonizara Troya. Quería que el público se olvidara de Brad Pitt. Le preguntan por lo bien que ha representado Pitt este papel de “persona normal”, él responde “es un poco el maquillaje”. Donde sitúa el reto de los actores es en aquellos que no son profesionales y confiesa que esta película ha sido su mayor reto, en gran parte por eso. Rodada en diferentes lugares del mundo, el director quiere hacernos ver que aquello que nos hace feliz puede ser diferente pero lo que nos hace desgraciados es lo mismo para todos.
Por último, alguien toca el espinoso tema de su relación con Arriaga, su guionista. Le pregunta como se lleva una relación así. El responde, bromeando, “a golpes”. ¿Y si te pide el divorcio? preguntan. No andamos, responde, y vemos que poco quiere entrar en esa cuestión.
Iñárritu es una persona que desprende una sensación de serenidad, de persona íntegra. No ataca a Hollywood aunque se lo ponen en bandeja. Le han dejado hacer sus películas sin cambiar una palabra y asegura que aquellos directores que llegan a la meca del cine y participan en películas de baja calidad es sólo porque ellos lo permiten.