Asisten la directora, Iciar Bollaín; las tres protagonistas, Najwa Nimri, María Vázquez y Nuria González; y dos actores, Tristán Ulloa y Diego Martín. Las actrices apenas comentan un poco sobre sus personajes, Diego Martín responde a una pegunta y Ulloa ni menta palabra. Todas las preguntas van dirigidas para la verdadera protagonista, Iciar Bollaín.
Se le pregunta por las medidas jurídicas que adoptaría para la mujer trabajadora. Ella se apresura a recalcar que no es una política, “afortunadamente”. Además concreta que sospecha que no es sólo un problema de las mujeres, también de los hombres, y se queja de que en general no se tiene en cuenta la vida personal en el trabajo.
¿Le interesa la realidad? Es una pregunta un tanto evidente, a lo que ella responde que “es lo que le tira”, y reivindica lo que ella llama “el tema del pañal” que, dice, no es un tema pequeño. Se queja de no ver más este tipo de temática en pantalla. Sólo se habla de grandes historias.
Durante un rato comienza un absurdo debate sobre si la acción final del personaje de María Vázquez es delito o no, la propia actriz interviene diciendo que no es tan raro ese tipo de cosas, según le han contado detectives profesionales.
Se le pregunta a la directora por la influencia de Ken Loach. Ella explica como ha trabajado con él en Tierra y libertad y otros trabajos, y confiesa que le gusta mucho y que ha aprendido mucho de él. Dice parecerse en el gusto por lo realista y en la poca aparatosidad, pero según ella, el director británico va mucho más allá, no ensayando con los actores, cosa que ella sí que hace. Además él trata los temas desde un punto de vista más político.
También se le pregunta (¿se le propone?) qué le parecería la realización de una serie a partir de la película. Ella responde que sería sencillo y se lamenta de que habría menos calle. Así son las series en España.
Bollaín dice que no quería ser muy dura con los sindicatos porque “menos mal que hay sindicatos.” Afirma que la gente joven no se implica tanto en los sindicatos, ahora lo hace más con ONGs.
Aquí puede intervenir Diego Martín, habla de su personaje y dice que lo que le interesa es que escapa del tópico del personaje que ya tiene unas ideas, sino que es un personaje que llega a la situación desde el sentido común. Cree que así se entiende mejor.
Dice haber incluido a Rosendo porque si se rueda en Madrid hay que incluir a alguien tan madrileño. Y recuerda lo que decía Hitchcock, si ruedas en Londres tienes que sacar el reloj de la torre…
Le preguntan si hace cine progre. No le gusta demasiado “suena fatal, ya es malo lo del cine social”.
Dice que la película no habla no engaño, habla de confianza. Él no confía en ella para contarle el secreto pero ella tampoco para hablarle de que se siente sola con los niños, no le pide que se embarque en eso con ella.