Rueda de prensa de Prisioners

Máxima expectación ante la rueda de prensa de Prisioners, debido a la presencia de Huhg Jackman,  premio Donostia este año en el festival. Estarán presentes su director Denis Villenueve, la productora Kira Davis y Jackman. El actor llega sonriente y lo primero que declara es que le encanta este festival porque le hace sentir como en casa, tanto, que el intérprete es australiano como él. Sobre el premio que va a recibir dice que es honor conseguir un reconocimiento de un festival tan prestigioso y recuerda que su mujer ganó la Concha de plata como actriz. Se le pregunta sobre la ciudad y, divertido, Jackman cuenta que han ido temprano a nadar y en bici y nadie le ha reconocido. Afirma que si quieres que te dejen en paz en España hay que levantarse temprano.

Se le pregunta sobre su posición ética sobre los temas de Prisioners del rapto y la violencia. Comenta que siempre es fácil juzgar, pero que la película extrapola el tema más allá de padres o países y que Villenueve plantea el film para que sea el espectador el que saque sus propias conclusiones. 
Sobre su trabajo con Jake Gyllenhall dice que nunca habían trabajado juntos, que admiraba su trabajo y que han conectado muy bien, mirando conjuntamente el guión y la historia. Exploraron junto con el director todo. Cuando investigaron sobre otros casos y las víctimas, nada parecía real, pero la verdad es devastadora. Esto me ha hecho pensar como padre,  pero tampoco quiero que mis hijos sean unos paranoicos en este sentido. Tienen que probar cosas, como hice yo, que mejor que mis padres no se enteraran. Quiero que mis hijos hagan lo mismo.  

Interrogado sobre si sus papeles son cada vez más oscuros si quiere dejar de lado su faceta de sex symbol. Bromea que a él le hubiera hecho falta ser sex symbol a los 18 años, no después de quince años de casado. Afirma que su trabajo es tan bueno como la gente que le rodea. Recuerda a muchos de los directores con los que ha trabajado, Allen,  Aronofsky....Y agradece que le escogieran para papel.  

Como no, sale el tema de Lobezno. Le preguntan que si se cansara de él,  quien sería el idóneo para sustituirle. Se remonta que cuando le ofrecieron el papel de Lobezno, al que considera un gran personaje, en ese momento lo agarró con fuerza porque era lo que tenía entonces. El admiraba a Gregory Peck en Matar a un ruiseñor o a Harrison Ford en Indiana,  y sabe que los grandes personajes siempre superan a los actores que los interpretan. No sabe quién podría sustituirle,  pero tampoco está en su mano. Los de Marvel le ofrecieron hacer un cameo en Spiderman,  que al final no pudo ser. El no tiene poder se decisión alguno sobre esto.
Le preguntan sobre si existe algo en común entre su personaje en Prisioners y el de La fuente de la vida. Agradece esta observación,  ya que los dos personajes tienen una fuerte obsesión y muy apasionados, en contraposición a mi persona, ya que soy muy tranquilo y una persona muy normalita. Mi personaje en Prisioners es alguien que lucha contra el alcoholismo, que se refugia en la religión para conseguirlo y te destruye el corazón como en pocos días se destruye todo ese esfuerzo. Explica que el cine es una herramienta para inspeccionar lugares oscuros y que todos tenemos temores colectivos. Sobre su interpretación de este atormentado personaje, dice que la mejor manera de hacerlo es abriendo su corazón, interactuando con los otros actores y compartiendo temores y debilidades. Llegaba exhausto a casa, pero merecía la pena y se convertía en un privilegio para él.

 
Se le pregunta al director si a la hora del montaje, tiene en cuenta los minutos que tendrá cada estrella en pantalla y sobre si la gestión de Gyllenhall y Jackman ha sido fácil. Contesta que ambos son grandes amigos suyos, que tienen una gran pasión y que saben transmitirla. Pero que una vez rodada la cinta, él se convierte en un dictador y nada puede interceder en su trabajo. Sobre a simbología de los laberintos y las serpientes, aclara que son importantes, ya que al final el público siempre reacciona y ve más allá de donde quiere ver.
 
Volviendo con Jackman, se le pregunta sobre su presentación de los Oscar y dado que como canta y baila tan bien, si se ha planteado hacer Lobezno el musical. Jackman ríe y con una sonrisa nos cuenta que la noche que le ofrecieron ser presentador de la gala, creía que le estaban gastando una broma. Esa noche le dijo a su mujer, vas a acostarte junto al presentado de los Oscar y ella preguntó ¿Va a venir Billy Cristal?
Sobre con que director le gustaría trabajar, contesta curiosamente con un paisano suyo, con Peter Weir, que ha hecho películas increíbles como Gallipolli o El club de los poetas muertos. Él hace películas por inspiración y las compagina con su vida familiar.
 
Se les pregunta a los tres como recibieron el guión y como se pusieron en contacto con el material. Davis dice que recibió el material hace ya cuatro años y que en un principio de dio miedo. Pero la trama y el contenido estaban tan bien que seguimos adelante. Villenueve dice que todo era muy violento, pero que era una historia muy potente y me enamore del guión. Tenía todos los elementos y que el aspecto dramático era el arte del film. Jackman dice que era un material no convencional, pero que no firmó hasta que Dennis Villenueve llegó al proyecto, dado que debía haber alguien que supiera darle el lenguaje emocional correcto al proyecto, y él era la persona adecuada para rodarla. Ninguno quería hacer una película tipo, no querían nada gratuito en ella. 
Jackman es preguntado sobre las escenas más viscerales del film junto a Paul Dano. Comenta que agradece que fueran las últimas escenas que se rodaron, puesto que fueron muy intensas y cansinas. Eran tomas muy largas. En concreto, cuando rodamos la escena del martillo, Dennis me pidió volver a repetirla, que lo hiciera de nuevo yendo más allá, abandonándose. Paul tuvo mucha confianza, gracias a lo cual todo funcionó, porque no es fácil tener a Lobezno amenazándote con un martillo en la mano.

Una distendida y agradable rueda de prensa protagonizad por el premio Donostia de este año, que ha estado muy divertido y encantador.