El cine español se equivoca hasta en su premio principal, ese Goya que fue un pintor y grabador, y nada relacionado con el cine, una memez, puede, pero la misma memez de siempre. El cine español no existe, nunca existió, cuatro gracietas en el pasado así lo corroboran por culpa de la dictadura y el retraso total con respecto a todo, y tampoco existe ahora.
Han existido buenos directores, buenos creativos, buenos artistas que se han hecho un hueco y han demostrado, pero de cine español en conjunto nada, de cine en general, como conciencia única y clara a pesar de la pluralidad, nada. Entiendo que el discursito de Alex de la Iglesia es un discurso de esos que tratan de animar a crearlo, a hacer pensar al menos en ello, pero de eso nada, yo soy uno de esos espectadores que no cree en el cine español de esa manera, cree que hay talento, cree que hay gente que vale la pena, a la que se le tapa la boca sin dejarle enseñar lo que sabe con lo que puede.
La distribución en un mundo globalizado en occidente, que el mundo es muy grande y no hay globalidad ni en un cuarto del mismo, entiendo que hace que las distribuidoras vendan lo más rentable, el Hollywood casposo que lo domina todo, y lo domina porque cuando no se tiene conciencia de cine propio y patrio pues se lo pones más fácil a los que vienen conquistando con dinero.Y así están las cosas, la pasta se la llevan las mierdas campantes del cine estúpido de fuera cuando se lo podría llevar la mierda nuestra, y entre los buenos films qué decir, lo mismo, Scorsese por todos lados, perfecto, pero los nuestros a pelearse por mojar, trabajándose el lige con el público sin casi armas, salvo los cuatro grandes que hacen lo que quieren porque pueden.
Al menos alguien ha soltado por fin la verdad pidiendo ayuda a las televisiones y al gobierno, porque Alex sabe que no puede hacer nada más que caer bien a todos e incluso ponérselo a huevo a Almodóvar para que vuelva con su excusa (en realidad se muere de rabia porque ya no tiene el cariño del público) recibiéndole como si fuera Dios mientras recuerdo sus espantadas años atrás, qué verguenza. No puede hacer nada porque durar una semana en cartelera es cosa de quien es cosa. Las taquillas españolas están conquistadas, las salas y sus proyectores están dominados y ante eso no hay nada que hacer. Ni leyes (si creen que porque Sinde prohiba la descarga la gente va a pagar por el cine que se hace van listos, lo único que conseguirán es que no se vea ni siquiera gratis) ni ayudas si luego no se defienden ante la amenaza yanqui.
El cine bueno no tiene nada que ver con el dinero, el cine bueno es bueno y gusta pero se tiene que ver. Si los productores no tienen la seguridad de que se vayan a ver sus películas ni buenas ni malas querrán costear. Si el espectador español se sintiera tentado por una oferta más decente, más publicitada y de menos precio puede que se animara más, porque sin hacer nada la publicidad poderosa hará que muchos sigan yendo a ver las basuras de importación. Hay que poner más fácil el cine de aquí y más difícil el cine de allí. Y eso que sé que un sector del pagaentradas es irreductible y no cambiará su basura de siempre por nada.
Fuerza y honor, qué bonito, pero que fugaz. Todo seguirá igual. Los cines dando el menor tiempo a lo nuestro, el gobierno dando palos de ciego y dejando si un duro a los más pobres del cine y lo peor, esos miles y miles de profesionales del gremio, esos de los que hablaba el señor presidente de la academia, que además de putas van a poner la cama. Horas y horas extras por la cara. Horas y horas de vete a saber si sale algo estos meses de parón por la cara. Para esos es para los que hay que pensar las mejoras, no para imaginarnos salas llenas con gente comiendo palomitas en tres películas decentes ibéricas, sino en pensar en veinticinco buenas películas españolas con sala llena y quizás menos palomitas. Eso sería crear una industria serie del cine español, mientras tanto un circo donde se ponga quien se ponga de maestro de ceremonias, el final del espectáculo está cantado.
Ombligos es lo que he visto en la sala. Un buen rollo regodeado entre los que se comen el cotarro de todo, la mayor parte del pastel. A la mayoría de esos no les va a faltar, a la mayoría les volverán a sonreir ante las cámaras de fotos. El espectáculo de los Goya es un disparate cada vez mayor que nada tiene que ver con la cultura o con el cine español, tiene que ver con los que hacen actualmene cine en España de ese de garantías, a lo seguro, y poco más. Por esto no me gustan, porque van de lo que no son y encima quieren convencernos de ello. Al menos los Óscar no mienten a nadie, son la mentira falseada más grande de todas, pero cuidan de los suyos y se dejan de chorradas. Dan curro y mucho, hace de su celuloide una industria de verdad. Una industria con trabajo para muchos, y sin inmutarse, sin desviarse ni un momento cuando ponen la alfombra roja y a sus maniquies a moverse.
Sinceramente creo que todo va a seguir igual...