Ni "El diablo viste de Prada", salvado in extremis por Meryl Streep; ni "Quei loro incontri", teatro filmado con textos de Cesare Pavese; ni la belga "Nue proprieté" han gustado ni convencido ya a una cansada crítica convencional en Venecia.
Los mayores elogios se los ha llevado el incombustible Manoel De Oliveira, que a sus ¡¡99 años!!, ha gustado con su peculiar "Belle toujours", un juego con retranca coñera más propio de un director joven y vitalista.
Ayer también se proyectaba "La flauta mágica" de Kenneth Branagh, que tampoco ha levantado grandes vítores y loores.
Venecia está lista ya para echar el telón.