Fue Jackie Treehorn, siempre se le recordará por ello, el peculiarísimo magnate de la pornografía de la peculiarísima El gran Lebowski. Qué personaje, qué película. Fue Treehorn pero fue, también, muchos más. Y fue, asimismo, premio Donostia, en 2005.
Le recuerdo ahora, así a vuelapluma, en Anatomía de un asesinato. O también en uno de los segmentos más disfrutables de Paris je t'aime, donde en ap...
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