Con Pan negro, probablemente, alcanzó una cima en su filmografía. Al menos, en cuanto a repercusión mediática y a reconocimiento en forma de premios, premios y más premios. Agustí Villaronga, siempre una rara avis en la cinematografía nacional hasta entonces, siempre al margen, se veía así, de repente, en las portadas.
Ahora, le toca una portada más, e importante, de las que dan prestigio. Un premio para una estanter&...
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